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los quales se marauillaron mucho del gran atre–
uimiento que queria acometer, mas ellos,
aoien~
dolo bien considerado, le alabaron el hecho tan
grandioso como queria hazer,
y
le dieron animo·
sus capitanes para que prosiguíesse su buen pro–
posito, que todO's le siguirian hasta la
muerte~
Pues ya determinado Cortes hazer esta tan gran
hazaña, embio a dezir a Montezuma con Marina,
yi;idia ynterprete, como le yua a visitar y el le
salio a recebir con rostro alegre y plazent ero, el
qual vino muy acompañado con quarenta yndios
de los mas principal es de su corte, y luego se to–
maron de las manos, auiendose hablado muy
bien, los q uales se metieron en vna gran sala,
y
tras ellos entrai;on treynta españoles bien arma–
dos, como 10 solian andar siempre, y alli de·
lante de ·
~odos
se comenc;;:aron de burlar [y
J
pas·
saron entre. ellos muchas platicas de buena con–
uersacion . Mas, en fin, por concluyr y cerrar ra–
zones con Montezuma, le prendió diziendole las
muchas causas y razones por que
lo
prendia, y lo
lleuo a su apossento con guarda de todos los es–
pañoles, el qual fue con la mayor turbacion que
pudo
se~·-,
en verse preso de tan pocos hombres
no conoscidos. Y como era cuerdo lo ·disimulo
por entonces lo mejor que pudo, con vna risa
dissimulada, aunque otra cosa sentia en ·el pecho,_
porque se vido rodeado de muchos e.spañoles
él¡['·
mados, y luego el gran Cortes
1 ~
mando hechar
unos grillos por lo espantar . mas, y dende a po-