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)la gente barbara a nuestra sancta fee catholica,.
para que tuuiessen conoscimiento della y se les–
declarasse el sancto Euangelio. A todas estas co–
sas, con otras muchas que les fueron dichas a
entrambos, a todo ello se hizi eron sordos
y
no
quissieron creer ni oyr nada, y DiegG Velasquez
no quiso admitir cosa. que buena fue sse, antes
despacho a
aruaez,
y
antes que otro man dado
les vini esse de Jos Oydores y frayles geronimos,.
que se yndignarian mucho contra el, pues no obe–
descia las prouissiones reales. Pues embarcando–
se Pamphi lo de Naruaez
y
nauegando por su mar
adel ante, llego co n toda Ja a rmada a las tierras de
Yucatan,
y
de allí sefoe a la Villa Rica, y no uvo
llegado
y
apoderadose della, quando hizo aprego·
nar a Hernando Cortes
y
a sus capitanes
y
sol–
dados po.r
traydores al Rey
y
al Go uernador
Diego Velasquez, de lo qua! peso grandemente a
todos Jos vezinos
y
affici onados de Cortes,
y
aun
pa~te
de los que consigo venían, viendo las ynso–
lencias y desatinos de Naruaez. en las cosas que- .
mandaua apregonar. Cuando se supo en Mexico
la venida deslos nauios, Je peso mucho a Hernan–
do Cortes, que Montezu'ma se lo · dixo por auis0>
que le embio por Ja posta el Go uernador Theudi-
11~,
que estaua en la Vera cruz, por vna manta en
que estauan pintados los nauios
y
la gente que
en ellos venia, que esta era la manera de su escri–
uir; Ja de estos yndios, por pinturas. Entonces le
dixo, pues que le auia prometido muchas vezes,