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boluerian luego las armas contra el y contra los
que yuan con el,
y
como
encarni~ados
los mata–
rian y despues se los comerian. Iten, que no era
bien que xpianos fuessen contra los xpianos,
pues eran todos de vna · nascion, y de vna ley,
siendo todos amigos y parientes y
conos~idos,
y
pues siendo el xp iano
m~ndaua
matar a los xpia–
nos, que . no era mucho que los gentiles los ma·
tassen, pues eran de otra seta y profission. Y
que era mucho mejof se ajuntassen entrambos
en vno para hazer este tan gran bien a los yn–
dios que estauan ciegos y engañados del demo·
nio con tantos y tan horrendos sacrificios como
hazian en. matar a los niños ynnocentes, derra·
mandoles la sangre, con otros ritos
·y
cerimo–
nias diab·olicas que hazian, Y que si los
y~dios
no quiGiessen darse de paz y se pusiessen en ar·
mas contra ellos, que entonces podrian mostrar
en ellos su ferocidad, quanti mas que los yndios
de Mexico estauan ya todos en paz, y no yr con–
tra Hernando Cortes, que mal no le auia hecho ,
sino que le desseaua seruir. Y que valia mas ha–
zer lo que Dios mandaua, que no _ lo que horde–
nauan los grandes señores del mund9,
y
que
desechasse el mal concepto que tenia concebido
contra Hernando Cortes. Y que no cumpliesse lo
que Diego Velasquez le mandaua haier, porque
era .yr contra los mandamientos de Dios. Estas
cosas le dixo, con otras muchas de grande vtili–
dad
y
prouecho para el, si las tomara, segun que