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rates de Pamphilo de Naruaez en embiar a dezir
tales sandezes en tal coyuntura, que paresce que
miraua mas a su propio ynteres que a Jos sanos
pensamientos del gran Cortes. Y assi, los que ve·
nian con Pamphilo de Naruaez les peso grande–
mente de aquesta embajada que embiaua a dezir
a Montezuma, porque se las reprehendieron muy
mucho ciertos hombres muy principales que ve–
nian con el en la flota. Los que mas se mostraron
en este casso para affear a
aruaez lo que auia di–
cho de Cortes, y lo que auia embiado a dezir a
Montezuma, fue el Oydor Lucas Vas[quez)
d~
Ayllon, que fué tras el con poderes de la Real
Audi encia para estoruar que no dessassossegasse
' ni ynqu ietasse las tierras de Yutacan, que estauan
ya debaxo. del domin io y vasallaje del Rey. Y los
otros fueron el Thesorero A lonso Destrada,· de
Cibdad Real, y Bernaldino de Sancta Clara, natu–
ral de
a la man c~,
y el Oydor le pusso pena de
muerte en nombre del Rey porque no tratasse
tan pesa_damente de aqu el negociO que yua hazer,
porq ue en ell o se dese ruial n] Dios y el Rey, y
assi le dixo otras muchas
~os.as.
Pamphilo de Nar·
ua ez rescib io gra n passion y .enojo destas cosas, y
po r no lleva r con sigo este so"b rehu eso, prendio al.
Oydor y lo embi o en vn nauio a Diego Velas–
quez, mas
t i
lo solto luego llegando alla; y lo dexo
yr a Sancto Domingo, con muchas caricias, di–
zi enci'ole q ue el emb iaria a castigar a Pamphilo de
Naru aez. Y al Thesorero Alonso Destrada y
a