ron muy largo de diuersas cosas, mediante los
ynterpretes, en donde Montezuma se desculpo
de lo que los yndios de Cholula auian hecho
sin lo saber el, y assi le hablo de otras cosas, de
que H ernando Cortes quedo del vn poco satisfe.
cho.
~o ntinuandose
estas visitas por muchos días
Montezuma tomo grande amor a Cortes, y por la
buena voluntad que ya le tenia le daua siempre
muchos presentes ricos de oro y plata, y lo mis·
mo hizo a todos sus compañeros, y a los yndios
.amigos que auia traydo de Cuba
y
de Cempuala,
totonaques y de Taxcal.,a, les mando proueer muy
bien de mantas y comida y de lo que uvieron
menester,
y
fueron aposentados con el gran Cor·
tes. Despues que Hernando Cortes uvo desean·
sado por algunos dias, determino con grande
ossadia
y
varonil cora<;;on de prender a Montezu·
ma,
y
para lo hazer lo penso primero muchas y
muchas vezes, encomendandolo a Dios de todo
co:ra<;;on, suplicandole muy humillmente, pues era
su diuino negocio,
le diesse saber y entendi–
miento para lo hazer.- Tomo por achaque Ja tray·
cion que se le hizo en Cholula para lo matar, y
<le Ja muerte de Pedro de Hircio y de sus ocho
compañeros que máto Gualpopoca, gran Señor
del pueblo de Autlan, qüe aJJa auian ydo a des–
oubrir los secretos de aqueJJa tierra y a ver las
minas de donde se sacaua el oro. Auiendo Cortes
pensado mucho en esta tan gran hazaña que que–
ria hazer, lo platico primero con sus capitanes,
G. de Santa Clara.-x t.- 5.
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