CAPITULO XLIX
DEL GRAN SENTIMIENTO QUE LOS VEZINOS DEL OMBRE
DE DIOS H l ZIERON EN VER A SU CIBDAD ASOLADA Y
ROBADA, Y DE COMQ EL DOCTOR RIBERA FUE ALLA
Y DESBARATO A llIELCHIOR VERDUGO
CON
EL FABOR
Y AYUDA QUE LE DIO PEDRO ALONSO DE Hl ' OJOSA
Quando 4>s vezinos
y
mercaderes oyeron el
gran i·uydo que se hazia en la cibdad con las 'cam–
panas
y
arcabuzes y con la bozeria que au ia ape–
llidando a las armas y otros a la
b?z
de l rey, luego
algunos dellos tuuieron creydo, como he ·dicho,
que eran franceses, y con este r ezelo se fueron a
esconder a los arcabucos y a otras partes, como
queda dicho, y despues que supieron qu e gente era
se boluieron a la cibdad su poco a poco. Como to–
dos estos vezinos vieron la gran destruycion de la
cibdad~
que estaua robada, alli pudierades ver la
gran
triste~a
y pesar y congoja que auia, que vnos
llorauan su
cas~s
-des truydas
y
quemadas,
y
otros
us mer caduria robadas, que fue gran lastima
y
compa
ion ver en esta hora a los vezinos
y
tra–
tantes muy tri tes
y
bien peno os. Algunos vezino
ma
la timado se fueron a Panama a quexarse al
doctor Pedro de R ibera, que era entonce Goue1·-