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que le guardauan; y a cauo de algunos dias manda–
ron al licenciado Rodrigo Niño que se fuese a Gaura,
e que lleuase af Vis.orrey
y
que lo tuviese a buen
rrecaudo hasta que fuese el licenciado Aluarez; y
an_si lo. hizo, e anduvieron con el Visorrey hasta Ue–
gar a
aq~l
puerto, y saltados en tierra hallo el Vi–
sorrey al Licenciado Vaca de Castro, y como le vido
le
dixo:
tales
f
uistes como nos, tales somos como
vos;
y despues de aver teriido otras platicas entran–
bos Comendadores, comieron alli con mucha proue–
<;;a, que casi no tenian platos para po_ner la vianda;
porque veays la poca
firme~a
<leste mundo, y como
sustenta poco lo que promete »
(1 ).
Comparando esta relación con la -de -Gutiérrez
vemos que ambas coinciden, y sólo difieren en lige–
rísimos pormenores; la fuente .de información del
primero son los dos testimonios que vió del notario
Alzati, y cuyos originales se han perdido; la del se–
gundo, á más de lo que oyese ó viera, es un tercer
documertto que se conserva con los papeles de don
Pedro de la Gasea, en la Biblioteca
~:le
S. M., y que
copiamos
á
la letra:
«En el
~or~ezuelo
donde los yndios de Maranga
suelen echar sus balsas para yr a pescar, ques en el
puerto de la mar de la ciudad de Los Reyes destas
(l)
Guerra de
Q11ito;-
cap.
LXVII.