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llos soldados; dice el primero que dió ·aviso el loco
Mosquita, cosa . poco probable; mientras que el se–
gundo afirma con más razón que fueron echados de
menos ·cuando los veladores hallaron desierta la
casa de Pedro Martín de Sicilia. Y en cuanto á sifué
ó no Vela Núñez _quien llamó al Factor, ya lo apun–
ta Gutiérrez sin decidir la cuestión.
Examinemos otro
epi~odio:
cuando el Oidor Ce–
peda mandó que fu ese llevado Blasco Núñez Vela á
la isla de Lobos, ·próxima al Callao:
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acordo · que el Visorre'y fuese lleuado a una
ysla que estara aun no una legua del puerto, pobla–
da de no otra cosa que algunas rrocas [abrasadas
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del caluroso sol que sienpre por ellas· se espan;;e, y
llena de grandes secadales, e no otra agua que la
que la mar con sus olas hecha; y como lo determi–
naron, lo sacaron luego de la <;;iudad, mandando al
licenciado Rodrigo Niño que-se aparejase para que
con los soldados que fuesen nescesarios lo tuviese
en guarda; y ·ansi salieron de la <;;iudad lleuando
tiend :i.s para poner en· la ysla; y estaua tan altiuo e
mostrauase tan presuntuoso el licenciado <;epeda,
que ninguno le osaua hablar, y aunque este. es muy
loado de gran' letrado e muy docto en las letras
griegas e latinas e muy leydo e grande umanista,
jamas desde que entro ea el rreyno hizo cosa a<;;er;–
tada; y aquel tendré yo por
s'a~io
que usare bien de
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