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Arias, electo Obispo de Quito, y a Fray Thoma
de Sant Martin, Re;ente y Prouincial de lo domi·
nicos. Tambien se mando notificar lo susodicho al
Contador general, Agustin de <;arate; al The or ·
ro, Alonso Riquelme; al Veedor, Garcia de Sauze–
dot y al Contador, Alonso de Caceres, como a offi–
ciales de Su Magestad, para que supiessen lo que
los procuradores de Pi<;arrb pedian, y que tambien
diessen en el casso sus paresceres, porque todo
ello se auia de assentar en el libro de acuerdo y lo
auian de firmar para que parescie se en su tiempo
y lugar ante Su Margestad. Estos paresceres no e
pidieron a fin que ellos de su voluntad hazian Go–
uernado·r ·a Pi<;arro, sino por tener mas testigo de
la opresion que le hazian ei Maestro de campo
Francisco de Carauajal y los demas capitane que
losamenazauan terriblemente con la muerte.Mien–
tras los
Ü)
dores andauan
~ndo
paresceres y
consejos y haziendo acuerdos, se detuuieron los
"--------~~=------~-:-------~-.:
procuradores. mas de lo que era menester,
y
Gon-
<;alo Pi<;arro tuu o creydo que lo_s O
y
dores los te–
nían PJesos o que no le querian conceder cosa al–
guna de lo que pedian, sino que los deternian en
dilaciones para le hazer algun mal. Por esta occa -
sion embio a la cibdad a su Maestro de campo para
que atemori<;asse a los Oydores y para que l e die -
sen la prouission que se pedía, s ellada con el Real
sello, porque no quería entrar en ella sin la gouer–
nacion del Peru, o
~d
y a los que
biuian en ella. No obstante esto lo embio para que
prendiesse a todos aquellos que se le auian huy do
desde el pueblo de Jax aguana y se auian v enido