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cian e.n vn estado, y que podria ser que los mis–
mos principales que on el stauan se yrian al er–
uicio de lo Oydor s por la proui sion que tra} an
los do mensajeros, procuro de lo r mediar eón
breu dad. Para hazer esto embio a las sierras ne–
uadas que llaman de P a riacaca al capitan Geroni–
mo de Villegas, con v inte arcabuzeros, para que
detuuiessen al Contador hasta qu el alli llegasse,
y en el entretanto le dixess secretamente lo que .
auia de dezir estando en su presencia y delante de
sus capitanes y soldados: Y que a Don Antonio de
Ribera lo dexas en pa. ar adelante, porque se que–
ría primero ynformar del de las cosa? que Agus–
tin de <;arate traya, o que pretendia hazer con la
prouission. Partido Geronimo de Víllegas se fue
a Pariacaca, en donde hallo a los dos mensajeros
qu tambien auian llegado
ei~
aquella hora, lo
quale ·se rescibieron los vnos a los otros mu3
bien,) Vill ga hab lo a Don Antonio de Ribera
secretamente y le dL o que pasasse adelante, aui–
sandole que hablass e primero a Gonc;alo Pic;arro
antes que a otro alguno, porque le yria mal ello,
y al Contador detuuo allí con diez arcabuzeros.
Despues hablo largo al Contador, dizierrdole la
cau a por que era mandado detener allí y que le
conuenia 1ablar primero a
Go~
alo
Pic;a~ro
que
a otro alguno, auisandole de lo que auia de hazer
y dezir acerca de la prouission que 11 uaua para
notificar, y que no hablasse en bueno ni en malo
on lo capitanes ) soldados del exercito, y assi le
dL o otras cosas, amenac;andole con la muerte si
otra cosa hazia. g·ustin de <;arate tomo el conse-