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mostrase por hombre animoso que queria aguar–
dar a su enemigo en el campo, mando a sus capita–
nes que hizies en aderesc;a1- las armas deffensiuas
y offensiuas que los soldados tenian, y nombro de
nueuo capitanes a !os que antes Jo eran, los quales
son los siguientes: Martin de. Robles, General;
Franci~
Martin de Alcantara, alferez mayor del
estandarte, que nunca se lo quitaron; Geronimo
de Aliaga, capitan de los de a cauallo, p'orque Die–
go de Aguero que lo auia sido era
ya
muerto de
su enfermedad dende a quatro
~ias
que prendieron
al Visorre3; Pablo de Meneses
y
~atheo
Ramirez,
el galan, fueron
cap~tanes
de la ynfanteria; Pedro
de Vergara y Manuel de E thacio fueron capita–
nes de los arcabuzeros; Antonio de Robles fue
Maestro de campo; Sargento mayor fue Ventura
Beltran; y assi nom?ro otros officialcs
)
mandones
que en el exercito se requerian. Y por estar en
todo apercebido y saber que g-_ente auia entre los
soldados, los mando contar,
y
hallo que auia qua–
trocie tos y cinquenté;l hombres de pelea, sin los
ezinos, que auiá muchos, porque los demas que
faltauan eran ydos a Gonc;alo Pic;arro, como esta
dicho. Con todo esto andaua vjsitando siempre a
sus capitanes y soldados porque no se le fuessent
y les prometia de les hazer muchas y grandes
mercedes en nombre cie Su Magestad y dalles de
comer en la tierra, y assi se quedaron muchos con
estas vanas esperanc;as y promessas, que despues
alieron en blanco corño suerte. Despues destas
cosas assi passadas y otras que por euitar pr_olí–
xidad no las cuento, hordenaron los tres Oydores,.