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Don Juan de Mendo<;,a
y
Ventura Beltran manda–
ron dar velas al viento, y nauegando por su mar
adelante llegaron al P?erto ge Lima, y el Oy dor
Cep da se holgo con la
ve~ida
deste nauio, que .,.a
sabia por tierra lo que auia passado, por auiso de
.Diego Garciade Alfaro,
y
el mismo Cepeda lo vido
venir desde los corredores dé palacio. Despues que
Ios prendedores llegaron· a la cibdad, Cepeda los
r escibio muy bien, dandoles el plazem d el buen
suceso
y
el parabien de sus venidas, y comen<;o de
a labar a Diego García de Alfaro por la buena yn–
dustría que auia t enido,
y
mando lu g o traer a
Vela Nuñez
1
a l qu a l hizo apossentar en casa de
Francisco de Ampuero, y a Vaca de_Castro se
mando por Audiencia se queda se ,n el nauio
hasta en tanto que se viesse su nég-ocio. En lo que
toca a l thesoro que Cepeda dix o que auia en los
n auios, los quales no auia aunque se busco, fue vn
ar_did que se _hizo par_a ballar gent e que (1) fuesse a
esta empresa; mas, en fin, los que fueron llamados
primero para que fue 'sen a Gu a rna , como " ieron
eh.i despues a Die; o Garcia de Alfaro, tuuieron
e~bidia
del quando supier on que le auia sucedido
bien en el viaje . Dexado esto aparte, ·porque en la
cibda d no uviesse al;un motin y escandalo en
fa–
bor del Visorrey, como los dias a tras e auia que–
rido haz er, sin a:=;uardar mas dilacion lo
embarc~+on en vn barc9 g rand , sacandolo de la ysla,
y
lo
enibiaroñ a Guarua, que no lo ossaron lleuar a la
cibdad. Y lleuolo en guarda el lic enciado Rodri ; o
· (1)
Ms.
a que.