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s;a_, y estos seran de
111.isamigos_, porque los quie–
ro aprouechar_, y les 1nandare que se tomen para
si mismos doscientos 1nill ducados de buen oro
que alli tienen el Visorrey y Vaca de Castro_, y de
n11,ercaderes. No se por qúe causa tienen rezelo de
yr alla tantos caualleros como estan aquí, 6 ten–
gan rez elo de veinte hombres que
~$tan
en los
nauios_, pu<:.s
~odos
estan sin armas y con gran
temor que los auemos de yr a buscar.
A la boz de
tanto ducado uvo luego mas de doscientos hom:
res, y aun de los mas
p~incipales,
que se offres·
deron de yr a esta empresa, por lo qual Cepeda
llamo a Diego Garcia de Alfaro, vezino de Lima,
que estaua presente, y le mando que fuesse a to–
mar los nauios, porque tenia conoscido del que
era hombre de bien y diestro en las cosas de la
mar, que los tomaria. Diego Garcia de Alfaro le
beso las manos por la merced y conduta que le
daua, y aceptandola el se salio otro dia en la ma–
ñana a la plava y escogio treynta buenos arcabu'–
zeros, con los quales se partio de la cibdad y se
fueron al puerto, en donde se embarcaron en dos
.grandes barcos y hallaron en ellos pan
y ·
vin0, y
dando velas al viento se fueron camino de Guarua.
Por otra parte Cepeda mando a Don Juan de Men–
do<;a, y a Ventura Beltran, en quien estaua enco–
mendado el pueblo de Guarua, que fuessen con
-Otros muchos soldados por tierra para hazer dos
effectos. El vno, prender a todos los parientes del
Visorrey y a Geronimo Zurbano si los hallassen
en el pueblo de los yndios, que tenia creydo que se
aurian dessembarcado por tomar alguna
cosa.
Lo