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truir toda la tierra. Mirando Cepeda bien estas co–
sas y por euitar estos ynconuenientes con otros
muchos que se podrían recrecer por la estada
del Visorrey en la tierra, dixo al ca_pitan Pedro de
Vergara que co11 ciertos arcabuzeros de su com–
pañia procurasse de tomar
y
aue~
a las manos los
nauios que estauan en el puerto de Guarua, que
esta diez y ocho leguas desta cibdad de Lima . Pe·
dro de Vergara escogio cient arcabuzeros buenos
para los lleuar consigo y comen<;o a buscar en
que yr por la mar, y
c~mo
era poco .Yngenioso
y
no die tro en las cosas de la mar, pues no era ma–
rinero,
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porque tuuo .entendido que no haliaria
los nauios en el puerto, se boluio al Oydor Cepeda
diziendo que no hallaua recaudo en que yr adonde
le mandaua. Como Cepeda oyo esto
y
su desseo
era tomar los nauios, hizo lleuar de casa de García
de Sauzedo, Veedor de Su Magestad, muchas ta–
blas que tenia, muy largas y anchas, con las qua–
les se hizieron en pocos días aderesc;ar vnos bar–
cos de escadores que estauan escondidos junto al
puerto, que eran de dos 1!ermanos llamados los
Camachos. Mando al Maestro de campo Antoni'o
de Robles que tomasse algunos arcabuzeros para
yr al puerto de Guarua en los barcos que estauan
hechos, para que prendiesse a los que en los nauios
estuuiessen. Antonio de Robles fue y vino dende
a quatro oras y dixo a Cepeda, que estaua cenando
delante de muchos, de como el no hallaua ningun
soldado que quisiesse yr al puerto. Entonces Cepe–
da dixo en alta boz:
pues yo hallare hombres de
bien que v ay an a los nauios y los tontten por fuer-