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del enemig·o que tenia en el Cuzco, ni los muchos
que estauan dentro de Lima, de secreto, que mu–
chos le querian mal de muerte, y ótros que le des–
seauan ver fuera de toda la tierra. Tuuo el Viso–
rrey entendido, y aun creydo, que aunque el dezia
estas palabras, que le auian de suceder las cosas
prosperamente como el las desseaua, y que (1) cada
día le yria de bien en mejor, pues andaua en ser–
uicio de Su Magestad: mas de otra manera le sus–
cedio, como adelante diremos. En este comedio
llegó el General,. como tenemos dicho, y despues
que supo lo acaescido en el pueblo de
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auxa dixo
con grandissima yra y enoj o muchas cosas, maldi–
ziendo la tierra y a quantos en ella biuian, desde
el chico hasta el grande, y que en ellos no auia
fidelidad alguna, que eran hombres doblados y de
dos caras, que estauan vssados de hazer mucha·s
trayciones y maldades; y assi dixo otras cosas. "
Ninguno de quantos alli estauan le ossaua hablar,
porque le vieron muy encendido en yra y braueza
con el enojo que le señoreaua, sino que todos ca–
llauan mirandole con rezelo no los mandasse he–
char fuera de palacio. Ecepto Antonio Solar, na–
tural de Medina del Campo, que era hombre prin–
cipal y regidor
~e
la cibdad de Lima; y poniendo-
se ante el le dixo lo siguiente:
,
A vuestra Señoría suplico con aquel acata–
miento que deuo, se me
h~ga
muy señalada mer–
. ced de oyrme dos razones, por las quales v. s. en–
tenderá lo que ay de presente, para que en 16 ade-
(r) Tachado:
de.