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qué no lo ahorcó luego y lo auia lleuado a la car–
cel publica sin su mandado? Buelto ya el Visorrey
a la ci-bdad, que seria a las Aue Marias, supo que
no lo auian ahorcado, por lo qual se enojó braua–
mente y tornó a amenac;ar a Pedro de Castro, que
lo auia de ahorcar, pues no cumplia lo que le man–
daua; mas tornaron a cargar del el Obispo, el Re–
gente, su hermano
y
cuñado, ·con otros, para que
lo perdonasse. El Obispo le dixo que su Señoria
no mirasse a las locuras y desatinos que Antoño
Solar auia dicho en su presencia, sino que vssan–
do de su benigdad y clemencia, y por amor de
Dios, lo perdonase y mandasse soltallo de la pris–
sion en que estaua, libremente, sano, saluo y sin
lission alguna. El Visorrey respondio que no lo
podía bazer, porque Antoño Solar se le auia atre–
uido mucho en dezille muchas desuerguenc;as, y
que trataua contra su persona y vida, como ya
estaua dello certifficado dias auia. Y que el mismo
auia puesto el letrero en el tambo Blanco de la Ba–
rranca, como atrás queda apuntado, y que auia
dicho otras muchas cosas contra el con las qua–
les ya no podía dissimular tanto, sino era manda–
lle castigar muy bien castigado. Sobre esto u vo ·e1
Visorrey y el Obispo muchas replicas y respues–
tasJ mas al fin a duras penas pudieron acabar con
el que lo perdonasse
1
,
y assi lo uvo de dexar, y
mandó que fuesse buelto a la carcel hasta que el
mandasse otra cosa, y assi fue lleuado. Quando
fueron a dezir a Antaño Solar que lo mandauan
boluer a la carcel y que tuuiesse esperanc;a en
Dios que luego lo soltarían, ya el /yua subiendo por