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- occasion de yrse mandó qu_!tar todas las velas y
los timones de los·nauios, y se
tru~eron
a tierra a
la aduana, en donde se pusso gente de guarda
porque .no- -las hurtassen. Pues como diximos,
auie-ndo estos dos hombres rescebido las letras de
Vaca de Castro, les peso en el .alma de sus traba–
xos y fatigas, y mas de su prission, y dezian ,en
_p-ublie<'>
y
en secreto muchas c0sas en su fabor,
y
esto hazianlo a fin
p~ra
commouer y atraer
á
ssi
a las gentes para hazer sus malos negocios y de–
ttaneos. Dezian que Vaca de Castro, que antes te–
nían por padre y señor, esta[ba] presso en vn na–
uio como si fuera algur.i malhechor, y el que_antes
esta11a rodeado de caualleros de gran valia, estu-
.uiesse agora rodeado de marineros
y
de g·ente
baxa y vil. Y que no auia quien se condoliesse del,
ni quien le
visitass~,
y maldezian a la aduersa for–
tuna que tanto le perseguia; y assi dixero.n otras
müchas cosas en. su fabor. Determi0aron, pues, de
pórn~r
en
et
ca~so
todo el calor que pudiessen con
todas sus fuen;as, poniendo sus · personas y ha–
zi'endas por su deliberádon, y dezian muchas ve–
zes. pmblicamente que el Visorrey no tenia razon
[en] tratar tan mal a vn
h0mb~e
de tan calificada
persona, s1endo criado de Su Magestad y de su
Real Co.Rsejo. Y mas dezian que era muy mal he–
cho, que auiendo sido Gouernador de toda la
~ie
rra n<:> era bien tenette presso en vn -nauio,
y
que
m.erescia ser bien galardonado por los muchos y
buenos seruicios que a Su Magestad auia hecho,
mas que ser afrontado de aquella suerte. Y con
~stos
enojos
y
vanos pensamientos comen<;aron
G.
DE SANTA CLARA.-II.-I.
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