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tie·ron con Pic;arro dentro de vpa gran tienda, en
donde· le propussieron largamente su embaxada
y
a lo que venia[n] de parte del Vi orrey, deseno·a–
ñañdole de todo lo que del se dezia, y a si de otra
cosas que ymportauan a su honor, vida y hazien-
'
da, con mas la reuocacion de las hordenanc;as.
Gonc;alo Pic;armespondi;-lo que a l
reg e~ te
áuia
dicho, que no quiso concluyr en cosa alguna, a un–
que muchos de los que estauan presentes quisi e ·
ran que estos negocios se dieran fin, que fuera sa–
ludable a todos, con vna buena paz y concordia.
Porqtte con esto uviera vna vniuer. ·al quietud y
sossiego en la tierra, que ya estaua puesta en van:
d.osy reE1c illas con. las alteracjones que se
com~n<;auan a encender- y con esto se salieron de la tien ·
da con gran pesar de 'algunos dello . Dende·a sey·.
Q.ias se despidieron el
Obi~po
y el regente, de Gon–
c;alo Pic;arro y de sus c4pitane , porque mientras
estuvieron con el jamas les quiso oyr cosa;
y
al
tiempo que se yuan les dixo Pic;arro que tratassen
' con el Visorrey que se fuesse a España, y que
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daría gran suma de dineros en oro para que neo·o–
ciasse con Su Magestad le diesse la gouernacion
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de las tierras del Peru. Y que tambien lo tratassen
con los quatro Oydores, para que le yntroni<;a sen
en el gouierno, que el les daria gran cantidad de
di!leros, y les prometia da r muy bien de comer en
la tierra, de que queda sen muy contentos y a ti -
techos. El tirano tuvo entendido cohechar con esto
al Visorrey
y
a los quatro O dores, que pensó que
con cada viento se mouian como cudiciosos
y
de
poca con ciencia, como lo era el, espetialmente el