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belion y tirania. Este consejo se tomó con acu rdo
.J
y
parescer de los quatro Oydore
y
de los officia–
les de Su Ma ·e tad, y del reo-imiento de la cibdad,
que todos lo firmaron en el 1ibro d acuerdo y d l
ca~ildo-.
Otro dia hizo dar vn pregon por toda
1
cibdad, en que se mandaua por edito publico que
todos los v zinos! moradores, estantes y habitan–
te de todas las cibdades, villas y lugares que auia
"
en los ·reynos y prouincias del Peru, yini_es n con.
s~1s
armas y cauallos a seruir a Su Mag stad para
yr
contra Gon alo Pi<;arro, so pena de muerte y
perdimiento de bienes y ser áuidos por traydores.
Dado e te pregon por prouission Real manada de
acu~rdo,
lue
0
·0_
se publicó en pocos dias por
~u
cha partes, y el Visorrey embió a llamar con pro–
uissione y mandamiento. a todos los thenientes
y
justicias y ezindad que .habitauan en diuersas
partes, y con esto vinieron muchos soldados y
hombres de bien a eruir a Su Mai::;e tad. Entre lo
primeros que acudieron a la cibdad de Lima fue
el capitan Diego Diaz de Pine ra, con cinco vezi–
nos y veynte soldados, con sus armas y cauallá ,
los quales truxo de la cibdad de Quito. Tambien
vino de lá cibdad de Leon de <;;-uanuco el capitan
Pedro de Fuelles, que era de alli
corre~idor,
y tru-
xo consigo hasta dos
ó
tre hombres,
y
el Visorrey
lo rescibio muy bien y le at;radescio su venida.
E tos dos hombres auian enido a la cibdad de
Lima con poderes plenarios que les auian dado
los cabildos ae sus
cib~ades
para que n egocia sen
ciertas cosás coñ el Visorrey, y como llegaron a
la cibdad
y
vie sen lo que passaua no se atreuie-