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DE LA HEVOL C!ON DE JNGLATEHHA.

255

no

~ofooar

en u origen la benigna e peranza del jóven paoifioador.1>

Ni

se

1

conte ló iquiera. Iba

á

espirar

1

término fijado al mando de Crom–

woll ,

1

prorog(l ele nuevo por uatro mese in eñalar la razon. Re-

rud

i

ron lo rigore contra lo reali la ,

y

fue revocado el decreto

que cono día

1

quinto de los biene seOlie trado

á

fa or de la mujere

hijo d lo delincuente . Por otro decreto, de echado anteriormente

por los !ore , se mandó proceder

á

la venta de gran parte de lo bienes

de los obi po

y

t.lo

lo delincuentes. No eguia meno violento curso la

revolu ion en lo ondados

y

en la direccion de la guerra. Prohibióse dar

cuartel

á

ningun irlandés cogido en Inglaterra con la arma en la mano;

eran

fu

ilados

á

centenare ,

y

e les echaba al mar alado por la e pal- ·

da. un ntre lo mi mo inglese no se notaba a aquella dulzura

y

mo–

dal caballere·co , que daban vi lumbres de igualdad

á

ambo partidos

to ante

á

la et.luca ion,

á

la co lumbres,

y

á

la nece idad mi ma de

la iaz.

i

ntre lo parlamentario , oa i solo Fairfax con ervaba e to ra go

rle humanidad · alrededor de

1

eran hábile

y

valientes

á

la par oficiales

oldtulo · pero lo de co lnmbres salvaje , lo fanático , pen aban olo

en vencer,

n lo reali ta nada \eian ma que enemigos. Esto

á

su

vez, irritado por tener que ucumbir contra tales i¡ontrario , pro uraban

de atar e en álirc , en epigrama

y

en caucione cada dia mas in ul–

tanLe . De e

t

modo e iba encrudeciendo la guerra, como entre gentes

qu olo e onocen para de preciar e

ú

odiar~e .

Al propio tiempo e talló ·

el mal en ubierto ncono entre lo escoceses

y

las cámaras· se quejaban

aqu llo de que no se pagase u ejército,

y

estas de que un ejército alia–

d pilla e d va ta e

á

fuer de enemigo

Jo~

condados que ocupaba.

Do quier en fin , la ardiente fermenlacion , los odio profundos,

y

la me–

dida ma fu rte

y

de

i i

a , daban poca e peranza de paz

y

ni aun de