DE LA HEVOL C!ON DE JNGLATEHHA.
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no
~ofooar
en u origen la benigna e peranza del jóven paoifioador.1>
Ni
se
1
conte ló iquiera. Iba
á
espirar
1
término fijado al mando de Crom–
woll ,
1
prorog(l ele nuevo por uatro mese in eñalar la razon. Re-
rud
i
ron lo rigore contra lo reali la ,
y
fue revocado el decreto
que cono día
1
quinto de los biene seOlie trado
á
fa or de la mujere
hijo d lo delincuente . Por otro decreto, de echado anteriormente
por los !ore , se mandó proceder
á
la venta de gran parte de lo bienes
de los obi po
y
t.lolo delincuentes. No eguia meno violento curso la
revolu ion en lo ondados
y
en la direccion de la guerra. Prohibióse dar
cuartel
á
ningun irlandés cogido en Inglaterra con la arma en la mano;
eran
fu
ilados
á
centenare ,
y
e les echaba al mar alado por la e pal- ·
da. un ntre lo mi mo inglese no se notaba a aquella dulzura
y
mo–
dal caballere·co , que daban vi lumbres de igualdad
á
ambo partidos
to ante
á
la et.luca ion,
á
la co lumbres,
y
á
la nece idad mi ma de
la iaz.
i
ntre lo parlamentario , oa i solo Fairfax con ervaba e to ra go
rle humanidad · alrededor de
1
eran hábile
y
valientes
á
la par oficiales
oldtulo · pero lo de co lnmbres salvaje , lo fanático , pen aban olo
en vencer,
n lo reali ta nada \eian ma que enemigos. Esto
á
su
vez, irritado por tener que ucumbir contra tales i¡ontrario , pro uraban
de atar e en álirc , en epigrama
y
en caucione cada dia mas in ul–
tanLe . De e
t
modo e iba encrudeciendo la guerra, como entre gentes
qu olo e onocen para de preciar e
ú
odiar~e .
Al propio tiempo e talló ·
el mal en ubierto ncono entre lo escoceses
y
las cámaras· se quejaban
aqu llo de que no se pagase u ejército,
y
estas de que un ejército alia–
d pilla e d va ta e
á
fuer de enemigo
Jo~
condados que ocupaba.
Do quier en fin , la ardiente fermenlacion , los odio profundos,
y
la me–
dida ma fu rte
y
de
i i
a , daban poca e peranza de paz
y
ni aun de