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o u deseo ; que acaba de oncluir on lo irlande e·, no una tregua
sino un tratado de alianza· que 10,000 rebelde , al mando de Glamor–
gan iban
á
t.leembarcar en Che ter · que el precio de este odioso socorro
ra la completa abolicion de las leye penale ontra los católico , la li–
bertad de u culto
1
el reconocimiento d su derecho
á
las iglesia y
á
las
tierra de que se habian apoderado, en una palabra, el triunfo del papi -
mo
la ruina de lo prole tante en Irlanda. na copia del tratado
y
mucha carta que hacian relacion
á
él e habían encontrado en el cocb
d l arzobi po de Tuam uno de lo jefe ele lo suble ado
mu·erto a-
ualmente en una refri ega junto
á
las muralla d ligo. La junta de
ambo reino , que haci:i. tre me e que guardaba e to docum nto para
una ocasion important Jo pre entú á la ámara
e ta mandaron
qu e publicaran.
Llegó
á
lo sumo la turbacion del rey, porque lo hecho eran inn ga–
ble ,
y
aun uo habían lleg·ado
á
noti ia de todo el parlamento. Hacia do
año que·el mismo Cárlos dirigía e ta negociacion con
1
ma or ecreto
ignorándolo su mi mo consejo,
y
aun en gran parte el mi mo marques
de rmond, u teniente en Irlanda, cu o celo le era tan necesario. olo
lord Herbert, católico, hijo ma
ror
ci~i
marques de Worcester,
y
lilulacl
conde ele Glamorgan,.obtenia acerca del particular toda la ·onfianza d
1
r
y.
Valiente, genero o, arrojado , adicto
á
su eñor en l el igTO '
á
u
religion oprimida, Glamorgan iba y ' enia de Inglaterra
á
Irlanda,
enr.ar–
gándo e de dar lo pa os
á
que se n g·aba Ormond, abiendo olo ha La
donde e estendian las conce iones del rey. Por u medio
t
nía lugar la
orrespondencia de Cárlo con Rinuccini , nuncio del papa recientemente
llegado á Irlanda, y on el papa mi mo . ·
En fin , el rey les había autorizado formalmente por nn a
Lo
e reto
firmado de u mano , para onceder
á
lo irlandeses cuanto juzga en n -
ce ario
á
fin de obtener un ocorrn eficaz, e obligaba
á
ralificarlo todo ,
por ilegales que pudie en er la conce ione , deseando únicamente el ma
impenetrable ecreto ha ta
t~nlo
que pudiese revela1 e todo imultánea–
mente. Conclu} ó e el tratado el 2 de ago to del año anterior,
Gla–
morgan seguia en Irlanda in tando vivamente u ejecucion. No ra olr
1
ecreto de la larga vi ita , de la permanencia del rey en el ca tillo de
Raglancl , morada de Worce
te1~,
y de aquella e peranzas mi teriosa que
alguna vece dejaba entrever en medio de su revese .
a i á un tiempo e upo en xford en Dublin qu el tratado e taba
descubierto. Harto conipr ndió rmond
1
golpe que on tal de cubrí-