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HISTORIA

ó'400 caballos por ejército, y con John Ashburnham su ayuda de cámara

por consejero.

Al llegar

á

la plaza, supo que Roberto se encontraba en el castillo

de Belvoir,

á

tre ·leguas de la ciudad, con u hermano Mauricio y una

escolta de 120 oficiales. Mandóle

á

decir que permaneciese alll ha ta

nueva órden manifestándose muy ofendido de su llegada. Pero el prínci–

pe iguió adelanlándo e, y .mucbo oficiales de la guarnicion ,

y

á

ma

u gobernador sir Ricardo Willi , le alieron

á

recibir. Llegó, y in ba–

cer e anunciar e presentó al rey con lodo u équito.

«

eñor, le dijo,

engo á daros cuenta de fa pérdida de Bristol, y

á

patentizar las ca–

lumnias de que he sido blanco.)) Turbado árlos al par que irritado,

apenas le contestó ; era hora de cenar se pu ieron á la me a retirán–

dose la e colla; el rey habló con .laurici'o sin dirigir la palabra á Ro–

berto, y concluida la cena se refüó

á

su cámara. Roberto se alojó en

a a del gobernador.

in embargo, al día siguiente con intió el rey en la convocacion de

un con ejo de guerra,

y

de pue de alg·unas hora de se ion se declaró

que el príncipe no babia faltado

á

su valor ni

á

u fidelidad. r acta ma fue

po ible obtener del rey. Harto poco era en entir del principe y

des~

par–

tidario , que permanecieron en ewark exhalando in rebozo su mal

humor. El rey por su parte trató de poner término

á

lo desórdenes

cada día ma ores de las guarniciones. Para 2,000 hombre de la cla e

de tropa habia einte

y

cuatro oficiales generales ó coronela , cuyo uel–

do ab orbia ca i todas las contribucione del condado. Los ma adicto

gentil-hombre de los alrededores se quejaban amargamente del gober–

nador , y en vi ta de ello determinó relevarle pero guardándole con ide–

racione , pues le onfirió el mando de sus guardias

á

caballo. ir Ri–

cardo e oponía, diciendo que esta ele acion se lomaría

á

de gracia, en

razon de que era muy pobre para cortesano.

<t

Daré providencia» res–

pondió el rey olviéndole la e palda.

El mismo día,

á

hora de comer, entraron

á

ver al rey los dos prín–

cipe , sir Ricardo, lord Gerard veinl oficiales de la guarnicion: (( e–

ñor, dijo Ricardo, lo que V.

l.

me ha dicho e la manana en secreto se

ha hecho público en Ja ciudad ,

y

µie de bonra. - Jo es por ninguna

falla, añadió Roberto, por lo que pierde ir Ricardo su destino; e por

ser amigo mio.-Todo e Lo, repu o lord Gerard, es una trama de lord

Digby, quien es un traidor, como lo probar

.>>

árlo atónito al par que

admirado se levantó de la mesa, dando algunos paso hácia su cáma-