Prólogo.
LXXIX
' 1
5
de agosto
fu~ron
atrave.Sando las comarcas de Ca–
ramanta
y
Aburrá, en la primera de las cuales murie–
ron el adalid H
1
e-rnandez en el pueblo de Viara,
y
el ca- ·
pittan Francisco César en el'1ugar llamado Corid. De
la provincia de Aburrá entraron á las de Arma, la de
Paucura y de
.A.ncerm~
ó
Birú, y allí, buscando las en–
cantadas minas de Cuir-Cuir,
y
las fuentes del rio de
Darien, · se qeJuvieron hasfa el mes de diciembre de
1538; en cuyo dia 18, al cabo de más de un año de
jornada, yendo á la descubierta con algunos soldados.
el tesorero Alonso de Saavedra, dió en los con.tornos.
de la ciudad de Cali, fundada recientemente por los es–
pañoles en la gobernacion de Popayan, donde el juez
y su gente eran por Navidad bien recibidos y agasaja–
dos de sus .c0mpatriotas.-Dejaban atrás, muertos por–
el camino, cincuenta camaradas, gran parte del servicie>
y más de ochenta caballos.
He omitido los lances novelescos, las dramáticas
escenas que hicieron de la jornada de Vadillo, uno de.
los episodios más interesantes
y
más gloriosos de la
Conquista, porque Gonzalo Fernández de Oviedo (a),
Antonio de Herrera-· es decir, el mismo Cieza de
(a)
Lib. XXVII, caps. X
á
XII•.Edic. de la Acad. de la Historia.–
Debo
adv~rtir
que en esta edicion no se ha leido con mucha exactitud el
original de Oviedo. ·En los capítulos citados,
Cor,·ura
está por
Orrura ;.