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Número

2. º

JI

.racion. Y con lo poco

q.ue

en aquella sazon estimaba ' la

vida, si no habia de hacer la jornada, y lo mucho que

deseaba hacerla, me puse contra ellos, diciendo, que cual–

quiera que me tocase en abajar vela, no le costaria ménos

de la vida. Y con esto

y

lo que Pedro de Hinojosa y otros

que allí iban deseaban seguir mi voluntad y no me dar

descontentamiento, bastó en que ninguno tocase en aha–

jarlas, dado que muchos, si osaran, se desvergonzaran

á

hacerlo.

nFuimos con este trabajo y tiempo, siempre porfiando,

hasta las tres de la mañana, que no entré en mi cámara á

ver cómo iban las escrituras y provisiones que llevaba, con

el agua; y luego que me vieron entrar, Diego García y don

Antonio y otros fueron á los marineros á decir, que yo

mandaba que amainasen la vela grande y asegurasen el trin–

quete; y no lo osando hacer, hubo ocasion para que ha–

blasen en ello tan alto que. yo lo entendiese·,

y

por presto

que puse el mejor recado que ·pude

á

las escripturas, y sa–

lí,

con el deseo que todos tenían de que aquello se efec–

tuase, ya estaba nuestra gente aflojando las escotas

y

otros

de piés encima de la antemna

(sic)

y procurando de hacer–

la a.bajar; porque como el tiempo era tan recio y el agua ·

había sido tanta, estaban las velas muy encampanadas y

tiestas

(sic)

y el encarreamiento de la antemna no que–

ria correr. Las voces y el ruido eran tan grandes y la in–

clinacion

á

ahajarlas tan vehemente, que aunque daba vo–

ces que no las abajasen y tirasen las escotas y no las aflo–

jasen, no me oian ni querian oir. Y estando en esto, pare–

cieron gran muchedumbre de lumbres por toda la nao y

antenas

(sic)

y gabia, que

á

todos dió gran consolacion y

alegría., diciendo que era Sant Elmo que se aparecia,

y se hincaron de rodillas, haciendo las oraciones que

los marineros

á

Sant Elmo suelen hacer;

y

con aquel poco

de silencio, hubo lugar para que me oyesen

y

obedecie–

sen y tornasen á tirar las escotas los marineros y Pe–

dro de Hinojosa y yo y otros que me ayudaron, en lo

cual puse mucha diligencia.

[Cap.

71

,J.

0

118,

col.

2.ª,

lín.

18.

Fifi de cap.]

Acordándome de lo que dice Ari_stótil y

Plinio cuando aparecen muchas destas lumbres, que es