Número
2.º
37
real el año de 45, fuego que entró en Lima y tomó la go·
bernacion; y ansí de la hacienda de S. M. se ayudó para
seguir al visorey Blasco Nuñez Vela y tomó todo lo que en
ella había f:iecho el contador Zárate de alcance
á
algunos
de los oficiales reales; y porque no hiciese lo mesmo en el
alcance del tesorero Richelmo
(sic )
[Riquelme], disimuló
de hacerlo, teni éndolo tan al cabo, que por el balance que
el había hecho de alcance líquido é confesado delante de
este contador, alcancé al tesorero en
84.000
castellános. Y
llegado á Quito, tomó toda la hacienda que allí estaba de
S. M.; y lo mismo hizo Francisco de Carvajal, su maes–
tro de campo en los Chárcas, Cuzco y Arequippa.
i>
<e
Tambien le engañaron en lo que dice de Diego Gar–
cía de Paredes, que cuando yo salí de Nombre de Dios le
dejé allí por capitan; porque yo salí de Nombre de Dios
á
XI de Agosto, y no llegó él allí hasta en fin de Enero
adelante; y luego que entró en aquel puerto, entendiendo
que no venia con ánimo de servir á S. M., le prendió don
Pedro de Cabrera, capitan que yo allí habia puesto por ,
S. M.-Y tambien le informaron mal en lo que da
á
en–
tender que la llegada de los procuradores de Gonzalo Pi–
zarra
á
Panamá, me puso en mucho estrecho y miedo,
porque cuando el primero llegó, tenia yo de- cinco partes
, de la armada ganadas
bs
cuatro y estaba en mi mano re–
ducir la otra por fuerza. Pero ansí porque aquello se babia
de hacer con algu-na sangre, la cual me pedia mi hábito
escusasse, en cuanto
á
mí fuese,
y
tambien porque [impor]
taba mucho para persuadirá los que estaban en el Perú ...
[roto] convenía lo que les llevaba, saber que los amigos
que ... [roto] en Tierra Firme todos de voluntad lo abra–
zaban é no [por fuer] za se reducian, trabajaba se hiciese
toda la reduccion en paz y no con riesgo, como se hizo
dentro de tres dias, despues que este procurador llegó; el
cual, entendiendo la parte que yo era, y temiendo que si
sabia de la instruccion que contra mí traia, lo castigaria,
le quemó la noche que-desembarcó.-Y al segundo procu–
rador prendieron en la mar, ya despues de reducido todo
lo de Tierra Firme al servicio de S. M., tres navíos que
yo puse
á
unas islas que dicen de las Perlas, para pren-