Apéndices.
nomos, ofuscados de su luz»
(*).
¡Lásti,ma que el sentido
de esta imágen dependa del progreso de los conocimientos
astronómicos!
NÚM. 4.º
Acaso comp1t1era con él en curiosidad cierta obra del
P
e
Cristóbal de Molina, un clérigo que consagró toda su
vida
á
investigar la historia, co,stumbres
y
religion de los
antiguos peruanos, de la cual daba cuenta al Emperador en
carta de Los Reyes á
12
de Julio de
1539)
en los siguientes
términos: «He ido con Almagro [el viejo] en sus descu bri–
mientos,
y
para que V. M. sea bien informado, envío con
Henao, crfado del comendador mayor Cobos, por dibujo
todo el camino que anduvo y descubrió, que es desde
Túmbez, que está en 3º, hasta el rio de Maule, qqe está en
39º, que.hay por tierra
1.024
leguas, sin lo que desde Pa–
namá hasta Túmbcz descubri ó; y más figuradas las nacio–
,nes
y
gentes) trajes, propiedades, ritos y cerimonias, cada
cual en su manera de vivir; con otras muchas cosas
á
estas
anexas.>> Y añade: «Lo sucedido entre Hernando Pizarro
y
Almagro no lo digo porque soy sacerdote
y
á nadie
quiero perjudicar sin mandado de mi Príncipe. S y ya en
dias
y
cansado de trabajos que en servicio de V. M. he
pasado con
Almag.ro. » (Col. Muñoz, t. 8
1,
f.
0
260
y
6
1 . )
A pesar de lo cuál, vivió todavía lo bastan te para dedicar,
siendo cura de la parroquia de Nuestra Señora de los Re–
medios del hospital de los naturales de la ciudad d'el Cuz–
co, una
Relacion de las fábulas
y
ritos de los Incas
á
don
Sebastian de Lartáun, del Consejo de S. M.
y
obispo de
(*)
Proemio de su edicion de las Décadas de 'Herrera..