Table of Contents Table of Contents
Previous Page  198 / 556 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 198 / 556 Next Page
Page Background

La Guerra de Quito.

Santo Domingo, varon de gran dotrina y santidad, me

juró que nunca de tal cosa fué avisado el arzobispo en

aquel tiempo, ni fué participante en ello. Y aún el

mismo arzobispo me ha dicho esto propio, diciendo,

que bien podria ser en su casa praticarse entre los que

estaban en ella, pero quél no supo nada. Soy largo

en esto, porque anda derramado por el vulgo, é lo

cierto

€S

que se praticó entre algunos, más con ánimos;

airados y que el nombre de visorey les era aborrecible,

que por tener deseo de deservir al Rey; mas, no se

puede averiguar quel obispo ni Vaca de Castro, lo

enten::liesen (

13).

Pasados estos furores

y

tomultos, fué élegido y

nombrado por procurador el licenciado Rodrigo Niño,

y ordenaron tres requirimientos para requirirle

q~e

suspendiese de presente las nue:vas leyes, hasta que S.M.

otra cosa mandase

y

fuese informado del agravio

notable que se hacia al- reyno si se hobiesen de cumplir.

Por el un requirimiento se lo pedian con grande humil–

dad; por el segundo le daban

á

entender los grandes 'da–

ños que se siguirian si se ejecutasen y cumpliesen, por–

que todo el reyno estaba alborotado, y los vecinos de la

cibdad del Cuzco se habian salido de Los Reyes, sin le

querer aguardar en ella; que era público Gonzalo

Pizarro haber

r~cibido

cartas de muchos llenas de ·alte–

raciones y otras cosas, ·para persuadille se nombrase

procurador y defensor de todos. El tercero era para le

protestar los daños, muertes que se rescreciesen.

EL

capitan Diego de Agüero se habia levantado por

mandc:ido del visorey, y

ll~gado

á donde el cabildo se