Prólogo.
CXVII
Así ·los apéndices como el texto llevarán por sepa–
rado catálogos geográficos y biográficos y repertórios
ó efemérides de los / sucesos más notables que en
el
uno y en los otros se registran. Creo que el editor de
escritos cuya utilidad y principal interés consisten en
la riqueza {importancia de datos históricos, debe
fa–
cilitar su consulta y áun su crítica con todo género de
. trabajos auxiliares, no mirando á lo · poco que estos
lucen, sino
á
las conveniencias del lector estudioso,
que necesita de aquellos y los busca, y que, al fin, agra–
dece la comodidad y prontitud con que los halla. Pero,
· aunque estas razones no existieran, tratándose de una
crónica americana, me obligarían á ilustrarla, en par–
ticular con noticias geográficas y biográficas, la incu–
ria, la confusion, la torpeza con que se escriben y es–
tampan los nombres de personas y de lugares en pu–
blicaciones españolas de libros Y. documentos relativos
á Indias, acusando en sus editores la más completa y
censurable ignorancia de una historia que ha sido la
nuestra durante tres siglos, y de unos países que
nos pertenecían hace sesenta años. No parece sino
que, olvidados del ejemplo de los Bárcias, Muñozes y
Navarretes, quieren exponernos á las burlas de la
gente instruida de allá y, en cierto modo, conceder la
razon
á
los que pretenden que hemos perdido del
Nuevo Mundo hasta la historia.
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