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dena cuantl)..es contrario al Niceno, Constantinopolitano, Efe.
sino
y
Ca cerlonense. No puedo menos de poner
á
ia
letra,
la protP.sta de
e.~e
ultimo: "Por tanto, se revoquen todas las
cosas, que nuevamente se injirieron en nuestra católica
é
in–
ID(lculada fé,
y
se arranquen de raiz
y
se guarde inconcu–
so
é
inmaculado, lo que en el santo concilio
l.
0
Niceno se
definio
y
despues
fué
confirmado en el
Efe~ino."
.
EN
Ja tercera sesion del concilio de Trento [ 4 de Febre–
ro
1
se leyó el símbolq de Nicea como se recopiló en el conci–
]io
i.
0
de Constantinopla,
y
se canta en la misa; se pro–
testó, que no tenia la Iglesia en el siglo
16
otra fé, que la
de las primeras edades; que todos los decretos que se pu–
blicasen, se referirían á algun artículo del símbolo,
y
que no
serian, srno la esplicacion
ó
declaracion de él. ( •)
TRATANDOSE en ese concilio,
si
se haría un nuevo exa–
men de los libros santos; los cardenales del Monte
y
Pache–
co estaban por Ja negativa. Los tres otros Cervino, Polo
y
Madruso, quenan que se examinasen estos libros,.
y
que se
contestasen las objeciones de los contrarios. Asegurnban los
primeros,
'JU
la costumbr c0ns ante de
a.Jgle~ia
siempre ha–
bia sido, no e m1Aar. de
nU.EYo s decret:Os arltiguos de los
concilios
y
1
s
ad ~es.
Se referiap
á
la rdenanza de los Pa–
pas Gelasio.
y
S. Leon, <le n dis : tir lo que una vez ba–
bia sido dcc·d · o-:
rohibioion ¡:¡ue tambje
fue
del empera–
dor Marc'a o
nadi r n, ue e!¡lio se Ía 0fender la autoridad
de lus an ·guos concilios,
~ue
habían maduramente examina–
do estas matenas-I:a disputa no debe estab'ecerse inu pa–
ra buscar Ja verdad;
y
es inutil este recurso cuando la ver–
dad es conocida. ( ,)
AL dudarse de los decretos de ese concilio de Constan–
za, que se pone en cuestion, confirmado por el Basilense, trai–
gase
á
la vista la carta del cardenal Juliano allí pres1<.lente.
"La lejitimidad del concilio, · depende del concilio Constancien–
se. Si aquel
fue
ve1 dadero, lo ·es est_e. A nadie le pareció
dudoso, que fuese lejítimo,
y
por tanto, lo que en
él
se con.
tiene. Porque si alguno dijese, que los decretos del concilio
no son válidos, necesariamente han de confesar, que la an–
terior privacion de Juan XXIII hecha en fuerza de aquellos
decretos no valió. Sino valí , tampoco la e le cion de
1
J'apa
[.]
[
,]
________
___...,....
...
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Ducre1tx hü t. del crmc.
Fleuri lib.
122
n.
50.
...