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por monopolizar el artículo, i llegó hasta limitar la produc–
cion. Pero esto no era bastante para asegurarle mercado.
Fué preciso darle un valor fijo i estable al guano, i en con–
secuencia limit6 el menor precjo de este artículo a 12
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10 d. o sea a doce chelines seis peniques el quintal.
Con este precio fijado a su antagonista, el salitre se ha·
116 seguro, i los fabricantes de abonos artificiales pudieron
con seguridad dedicarse a su industria, pues ya no temian
las pérdidas resultantes de una baja en el precio del abono
natural o completo.
Ahora nG es asi. Se ha permitido al representante de los
tenedores de bonos peruanos el esportar guano sin condi–
cion alguna en el precio de venta. Se ha producido, por con–
siguiente, completa inseguridad en el comercio del salitre, i
como resultado, la postracion del artículo.
Es probable que los tenedores de guano peruano, Drey–
fus Hermanos i Ca. i la Compañía de guano peruana, se
hayan decidido a reducir el precio de venta para realizar
sus existencias o ma.ntenerse en el mercado, del cual fácil·
mente serán escluidos por los vendedores que ahora es–
partan el guano en Chile i que lo hacen sin mínimum de
venta.
Es preciso conocer el precio mínimo de
venta del guano para fijar una contribucion mediana–
mente alta al salitre.
Nada estable ni discreto puede estatuirse sobre el im–
puesto del salitre, miéntras no se defina la condicion del
guano en el mercado.
Como se ha demostrado, la aplicacion del salitre a la
adaptacion de los fosfatos para abono de la
tier~·a,
está su–
bordinada al precio a que se encuentre en el mercado el
guano amoniacal que es por si solo un abono completo. En