115 / 192
f
' { 97 )
mnpuiíaban
el
cetro del poder: de estado,
y
son reos de lesa–
cuatro soldado!:i mas por for- sociedad, como lo ha demos–
mula que para hacer uso de trarlo el erudito Cevallos en su
sus bayonetas parecían custo-. escelente obra intitulada:
falsa
diar iumensos dominios: milla-
.filosf.!fia.
¿Y
es posible que ctian–
res
y
mas millares de genera- do el Sr. Vidaurre testigo de·
ciones nadaban en la abun- tantas desgracias debiera enju–
dancia,
y
reposaban
a
la som- gar las lágrimas rle la Iglesia,.
bra ele su Yiña y de sn higuera.
y
trabajar de algun:;t manera en .
Ahora en el siglo de las
In
ces,
~·en
dar las llagas de su Patria,..
y de la hnmanidad, y de la
fi-
venga ahora
á
aumentar la aflic- .
lantropia,
y
regirlos por nucs- cion del pueblo
fiel,
y ·
prepa-·
tros ·mismos hermanos,
y
bajo rnr1e nnevas calamidades al;
el influjo de institnciones libe- País donde ha visto la luz pri–
rales, nn padecimiento interno mera? Qniera el Seiwr que un
tiene desasosegados
á
los pue- rayo de di\•Ína luz rompa por
blos, los gobiernos no encuen- fin la
v~nda
que lo ciega,
y
ver–
tran un punto de apoyo,
y
los dacleramente convertido abra-.
hermanos no se hartan de de- cemos en él
á
un dulce ber.:
vorar
á
sus hermanos. ¿De don- mano en las entrañas de
N.
de viene tan espantoso fen me- S.
J.
C.
no?
Es que la fé, hija del Cie-
-Aquí sería el lugar opor–
lo, madre de la caridad, tntora tuno de tratar en un artículo
de la paz, \"Ínculo sagrado de por separarlo de las
inmun~los pueblos,
y
basa amable de dades eclesiásticas, es decir,
toda autoridad, dominaba en- de las excenciones que gozan
ton ces en todos los corazones; las persouas y los bienes con–
mientras que hoy
á
la par de la sagrados al Culto Di.vino; de
revolncion un millon de libros f'sas inmunidades que todos
nlosóficos
é
impíos la han apa- los siglos
y
naciones han
tan
gado en los unos, y la han justamente respetado; de esas
paralizado en los otros. De inmunidades cuyll observancia
donde se deduce que los que recomienda tanto el último Con–
.trnbajan por la consen·acion de cilio Ecmnf>nico,
y
que tienen
la
fé, hacen muy solidos é im- su raíz en el derecho Divino.
portantes servicios
a
la patria, Pero el siglo presente me es
sin aspirar por eso al nombre demasiado conocido: el no sa-
, de patriotas, ni mendigar re- be retrogradar nl borde de los.
compensas temporales: mien- precipicios; y nuestro . escritor
tras que los propagandistas de que es del grande tono, des–
libros impios
y
hereticos, son pues de haber pisoteado dicnas
enemigos implacables del es- inmunidades, repetiría ufano la
tado, minan los gobiernos por cantinela de que abogo en mi
su base, · cometen un crimen propia causa; como si la callSa-·
13