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CAPÍTULO FINAL

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damientos, que n1as verdaderamente son dichos apostóli–

cos, firmemente obedecer, guardar y cumplir. !-lacemos

saber que ante Nos pareció el promotor fiscal deste Santo

Oficio y nos hizo relacioh diciendo que a su noticia habia

venido que muchos sacerdotes confesores, clérigos y reli–

giosos, pospuesto el temor de Dios, nuestro Señor,

y

de

sus conciencias, con grave escándalo del pueblo christiano

y

detrimento espiritual de sus próximos, sintiendo mal de

las cosas de nuestra santa religion

y

santos sacramentos.

especialmente del de la penitencia,

y

en menosprecio de

las penas

y

censuras por Nos promulgadas en los edictos

generales de la fe que mandamos publicar, se atreven a

solicitar a sus hijos e hijas espirituales en el acto de la

confesion, o próximamente a ella, ántes o despues, indu–

ciéndolas

y

provocándolas con obras

y

palabras para actos

torpes

y

·deshonestos, entre sí mismos, o para que sean

terceros o terceras de otras personas,

y

que en vez de re–

conciliadas con Dios por medio del dicho santo sacramen–

to, que es la segunda tabla despues del naufragio de la

culpa

y

el único remedio que el mismo Christo dejó en la

Iglesia para su reparo, le convierten en veneno mortífero

y

cargan las almas que, arrepentidas, le buscan a los piés

de los dichos confesores, con mayor pesso de pecados.

1

que demas desto, continuando los dichos confesores su da–

ñada

y

perversa intencion a fin de huyr

y

·castigar por

este medio las penas

y

castigos del dicho delito, quan–

do los dichos sus hijos o sus hijas espirituales se van a

confesar con ellos, ántes de persignarse, ·ni comenzar la

confesion sacramental, las divierten de aquel santo pro–

pósito, diciéndolas

y

persuadiéndolas que no se confiesen

por entónces,

y

las solicitan y 'provocan para las dichas

deshonestidades o tercerfas,

y

que otras veces, con el mis–

mo intento, fuera del acto de la confesion, se aprovechan

de los confesonarios

y

otros lugares en que se administra

el dicho sacramento de la penitencia, como mas libres, ·se–

guros

y

secretos

para tra

tar con los dichos hijbs e hijas

espirituales las

mism.as

torpezas y tener otras pláticas

y

conversaciones indecentes

y

reprobadas, fingiendo

y

dan–

do a entender que se confiesan;

y

perseverando por mu–

cho tiempo en

la

continuacion de los dichos pecados

y

sa-