Previous Page  489 / 524 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 489 / 524 Next Page
Page Background

UAPÍTULO FINAL

481

se encuentren comprobadas por la piedad de los que la habi–

tan, porque la mayor parte de los frailed llevan una vida

tan licenciosa, que hasta los superiores

y

provinciales sacan

de los conventos que gobiernan, sumas considerables para

atender a los gastos de una virla mundana,

y,

algunas ve–

ces, tan públicamente estragada, que no se hacen esfuerzo

alguno en confesar los hijos que así tienen

y

de conservar

a su lado tan auténticos testimonios de su disolucion, a

quienes a menudo dejan por herencia el hábito que car–

gan: lo que se estiende a veces a mas de una jeneracion,

si debe prestarse asenso a lo que me han dicho allí mismo.

"·Las monjas, con escepcion de tres o cuatro monaste–

rios, solo guardan la mera apariencia de clausura que de–

ben, porque en vez de vivir en la pobreza comun de que

hacen voto, viven en particular

y

a sus espensas, con gran

séquito de domésticas, esclavas, negras

y

mulatas, que les

sirven en la verja de terceras en sus galanterías.

. "No se puede hablar de la vida del uno o del otro sexo,

sin aplicarles estas palabras de San Pablo,

tollens ·me1nbra

Christi faciam membra rrneretricis.

11 56

Los célebres marinos españoles, Jorje Juan

i

Antonio

de Ulloa, que visitaron el vireinato veinte años mas tar–

de, refieren sobre este particular pormenores decisivos.

"Entre los vicios que reinan en el Perú, el concubinaje,

como mas escandaloso

y

mas

j~neral,

deberá tener la pri–

macía. Todos estan comprendidos en él, europeos, criollos,

solteros, casados, eclesiásticos, seculares

y

regulares . . La

libertad con que viven las relijiosas en aquellos paises es

tal que ellas mismas abren las puertas al desórden. En las

ciudades grandes, la 1nayor parte de ellas viven fuera de

los conventos, en casas particulares. . . .. Lo mismo suce–

de en las ciudades pequeñas, en las villas o en los asientos:

los conventos estan sin clausura, y así viven los relijiosos

en ellos con sus cuncubinas dentro de las celdas, como

aquellos que las mantienen en sus casas particulares, irrü–

taudo exactamente a los hombres casados .... Ademas de

lo referido, es tan poco o tan ninguno el cuidado que po–

nen estos sujetos en disimular esta

conduct~,

que parece

56.

Relation du voyage

de

laMer du .Sud,

paj.

208,

París,

1732,4.

0

TOMO II

31