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LA INQUISICION DE LIMA
que
entienden con la mi_sma libertad que si fueran secu–
lares, sin atender al estado sacerdotal, ni conocer superior
que se les
emb~raze,
ni ménos los corrija, obrando con esta
contratacion y celebrando las escripturas de sus tratos,
contra todo lo que debia ser de su obligacion, desenten–
diéndose de las sanciones canónicas
y
conciliares de su
prohibicion; en cuyos términos parece ha de convenir el
que V. M. se digne ordenar a los arzobispos, obispos y
prelados (que con tanta tibieza y omision toleran estos
inconvenientes, por las utilidades que de ésto se les sigue
en sus visitas)' procedan con vigilancia y celo, a desarraigar
los vicios de la sensualidad escandalosa y públicos tratos
que celebran sus súbditos, para que por su continencia en
estos dos asumptos tan destructivos del bien comun, se con–
siga el remedio universal que debe solicitarse, pues eon el
castigo en dichos eclesiásticos y su correccion, que pudie–
ra reducirse a desposeerles de sus prebendas y a estrañar–
les del reyno, se facilitaría el que los demas se contuvie–
sen, temerosos del castigo
y
aplicacion de sus prelados;
agregándose el que yo, en los casos expresados, les daria
el auxilio que me pidieren para el efectivo cumplimiento
de las providencias mencionadas, las cuales no pueden
tener el que xptianamente les corresponde (por mas que
mis instancias, celo y aplicacion lo soliciten) en el ínterin
que V. M. por su real cédula se digne advertir
y
n1andar
a dichos prelados eclesiásticos, la execucion de aquellas,
con lo demas que sobre este punto fuere del mayor servi–
cio de V. M.-Dios guarde la O. R. P. de V. M. como la
xptiandad ha menester. Lima
25
de marzo de
1725.–
El Marqués de Casteljuerte.
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El frances Frezier ·que visitó a Lima por esta época, ape–
sar de su corta estadía en ella, llegó a vislumbrar lo sufi–
ciente para que sus apreciaciones concuerden en un todo
conlas del Marqués. nParece, dice el distinguido viajero,
que por el número tan crecido de conventos i casas reli–
jiosas de ambos sexos, se debía conjeturar que Lima fuese
una ciudad en que reinase la devocion mas grande; falta
mucho, sin embargo, para que estas hermosas apariencias
56.
Archi~o
de Indias.