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LA INQUISICION DE LIMA
secretario suyo," que se le enviasen los autos para que ante
él se siguiese el juicio;
y
pareciéndole al del Consulado que
esto seria en agravio de sus fueros, se presentó ante el Gobier–
no, el cual, con dictámen del Real Acuerdo, dispuso que se
formase sala de competencia, lo que resistió la Inquisicion
con pretesto de no ser caso de duda el fuero activo de sus
ministros titulados.
El Virei Manso a su llegada a Lima encontró el espediente
en este estado i comprendiendo, como él dice, que en él
estaba interesada ]a causa pública, despues de nuevas trami–
taciones $Ín resultado, hizo llamar a su gabinete a los In–
quisidores para ver modo de tratar privadan1ente el nego–
cio, logrando que se allanasen a formar sala refleja, en
que se declarase si el punto era de la de competencia.
Pero en esto surjió una nueva dificultad, que consistía en
que el oidor decano· instaba en que se le admitiese con ca–
pa i sombrero, i la Inquisicion que había de entrar con to–
ga i con gorra, empeñándose cada parte en sostener su
dictámen como si se tratase de la cosa mas grave. Des–
pues de nuevas actuaciones judiciales i nuevas conferen–
cias privadas se resolvió al fin que los ministros go–
zaban del fuero, como lo pretendía el Santo Oficio. Mas,
no pensó el Rci lo mismo, pues en vista de los autos, es–
pidió la cédula fecha
20
de junio de
1751
declarando que
los ministros titulados i asalariados del Santo Oficio solo
debían gozar del fuero pasivo, así en lo civil como en lo
criminal, i los familiares, comensales
i
dependientes de los
Inquisidores ni en uno ni en otro, sin olvidarse tampoco
S. M. de resolver el caso de la capa i sombrero ...
48
Pero si el Tribunal se mostraba tan celoso de sus fue–
ros~
verdaderos o supuestos, no era ménos exijente cuan–
do alguien se permitia arrogarse su nombre, sin derecho o
contra su consentimiento i voluntad, de lo cual dejamos
ya constatados numerosos casos.
Apénas necesitamos insinuar aquí que cuanto se ha di–
cho de los jefes del Tribunal es enteramente aplicable a
sus delegados, comisarios, familiares i dependientes.
48. Véase el detalle de estos incidentes en
las
Memorias de los Vire–
yes,
t.
IV.
páj.
73
i
sigts.