Previous Page  398 / 524 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 398 / 524 Next Page
Page Background

390

LA INQUISICION DE LIMA

uZalduegui se puso encarnado, i me preguntó cual era mi

intencional hacer tanto hincapié sobre la palabra

f raile.–

''Cualquiera, le respondí, tómelo V. como guste."

''Despues de un diálogo semejante, que duró mas de

una hora, Abarca tocó una campanilla, entró el bedel,

quien me mandó que me retirase.

"Algunos momentos mas tarde se me llamó nuevamente

i se me dijo que fuera al dia siguiente a las ocho de lama–

ñana a ver a Sobrino a su propia casa. I-Iícelo así i almor–

zé con

éL

nAconsejóme que en lo futuro evitase toda clase de clis–

cusiones relijiosas, sobre todo con personas desconocidas,

agregando, en seguida, nle pedí a Ud. esta entrevista por–

que desde mi asiento de juez no podia hablarle a usted

como lo hago ahora. Debe usted saber, agregó, que está

usted sujeto al Tribunal de la Fé, lo mismo que todas las

personas que viven en los dominios de su Majestad Católi–

ca; debe usted, en consecuencia, amoldar su conducta a la

que acabo de espresarle. Diciendo esto, se retiró, dejando

a mi cuidado que saliese de su casa como pudiese, lo que

efectué en el acto.

(

"En la noche fuí a un café donde ví a mi amigo, el frai–

le Bustamante; se sonrojó, pero saludándo1ne con mucha

cortesía, me señaló un asiento a su lado; me encojí de hom–

bros i devolví su saludo de una manera significativa i quizá

algo burlona, lo que parece entendió, porque se fué pronto.

En seguida, me encontré con el anciano Conde de Montes

de Oro que me miró, vaciló un poco i un momento despues

pasando cerca

de.mí

, me tomó una 1nano imela estrechó;

pero no me habló ni una palabra.

"Durante mi residencia en Lima, vía dos individuos pe–

nitenciados por la Inquisicion, uno por haber celebrado

misa sin estar ordenado, i otro por brujo i hechicero. Lle–

vóseles una mañana temprano a la capilla del Tribunal,

ambos vestidos con sambenitos, una especie ele túnica ·cor–

ta

i

suelta, cubierta con pinturas ridículas de culebras,

murciélagos, zapos i llamas, etc. El seudo sacerdote lleva–

ba en la cabeza una mitra de plumas, i el otro, una corona

de lo mismo; estaban de pié en el centro de la capilla, ca–

da uno .con una vela verde en las manos.

A

las nueve su-