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LA INQUISICION DE LIMA

por odio ni mala voluntad que tenga o haya tenido a la

persona denunciada, sino por descargo de su conciencia:

encargósele el secreto prometido y lo firmó con el dicho

padre maestro comisario-·

Fray Joseph Hurtado,

comisa–

rio del Santo Officio-Ines

Medina.-Pasó

ante mí,

Fray

Mariano de Leon,

notario del Santo Oficio.

Siguieron declarando a este tenor ·hasta otros cuatro tes–

tigos, i en vista de lo acordado por el Inquisidor

J

eneral,

las dilijencias actuadas se renlitieron a Madrid por el mes

de febrero del año siguiente. l\1as, pocos dias despues, so–

brevino nueva denuncia de la Medina, espresando que el

"dicho Diego tenia sobre la mesa del cuarto un librito

pequeño con el forro prieto; y llegándose la declarante

a ver lo que contenia el dicho libro, no pudo entender

otra cosa que unas letras abreviadas donde decia: pregun–

ta

y

respuesta. Preguntóle la declarante qué contenía ese

librito,

y

para qué fin lo estaba trasladando a otro papel,

porque así lo halló la declarante quando entró a su quarto.

"y

le respondió el dicho Diego de la Granja, que en el

dicho librito estaban contenidas las cosas que pertenecían

a su asamblea,

y

que lo estaba trasladando para darle el

trasunto a un sujeto, profesor de la misma facultad de

fracmason, el qual estaba para ir a su tierra,

y

que en

caso de no llevar esas insignias, no le abrirían la puerta

de la asamblea, ni tatnpoco le darían entrada,

y

para que

este sugeto (cuyo nombre no quiso declararle el dicho

Diego de la Granja) consiguiera su intento, le daba un

traslado del original, el que mantenia en su poder, por si

acaso volviese a su tierra. Preguntóle la declarante cómo

se entraba en su asamblea, respondió, que dando señales,

y

que sin éstas no le abrirían las puertas; las quales seña–

les eran: dar tres, cinco, siete golpes con la mano, la que

habia de estar medio empuñada, esto es, medio abierta

y

medio cerrada, y la palma para arriba. Preguntóle la decla–

rante que le dixese el modo con que se entraba y lo que

pasaba en su asamblea, y díjole el dicho Diego, que luego

que se daban los golpes en el órden espresado, se abria la

puerta

y

se manifestaba un hombre muy respetuoso y se–

vero, el qual pregunta al que toca a la puerta, qué es lo

que busca?

y

entónces responde el que toca, busco la luz,