CAPÍ'rULO XVIII
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de San Juan,
y
don Francisco de la Cueva, del hábito de
Santiago. Ambrosio de·Morales Alaon
y
Antonio de los
Santos, familiar del Santo Oficio; no sacaron padrinos,
porque ivan con sus hábitos de familiares ..
nCon esta órden caminó el acompañamiento, segun se
ha dicho,
baja~do
desde la esquina de la guadra del .Arzo–
bispo, por la plaza, hasta las casas de Cabildo. Quando en–
tró en la plaza el estandarte de la Fé, su Excelencia, el
Tribunal del Santo Oficio y Real Audiencia, ·negando cer–
ca del esquadron, abatieron las banderas los alférez
y
los
soldados hicieron una sonora salva. Al subir su Excelen–
cia
y
acompañamiento por las casas ele Cabildo al tablado,
se quedaron las ·compañías de los gentiles hombres lanzas
y
arcabuces los lados del tablado, la de los lanzas a la
mano derecha, remudándose por esquadra la guarda, sin
sin que faltasse siempre la mitad de cada una. El esqua–
clron de infantería, con sus compañías tomó las esquinas
de la plaza, teniéndola guarnecida hasta la tarde.
uSu Excelencia y los señores Inquisidores se pusieron
en sus lugares; estuvo en medio del señor licenciado don
Juan de Mañozca, que estuvo a la mano derecha, ·y del
señor licenciado Andres Juan Gaytan, que estuvo a la si–
niestra. A la mano derecha del señor Mañozca, estuvo el
~eñGr
licenciado don Antonio de Castro,
y
a la siniestra
del señor Gaytan, el señor licenciado don Leon de Alea–
yaga Lartaún. Y luego por un lado y otro se seguian los
señores de la Real Audiencia
y
los del Tribunal mayor de
cuentas, los cabildos eclesiástico y secular, Universidad,
colegios
y
comunidades, en sus lugares.
"En el lugar donde estuvo su Excelencia y la Inquisi–
cion, se levantó un dosel de riquísimo brocado, negro
y
naranjado, las listas negras, con bordaduras costosas,
y
flocadura de oro en medio dél, y en lo mas eminente es–
tava un crucifixo de bronce dorado, de tres quartas de
alto, en una cruz muy rica de évano, con cantoneras de
bronce doradas, tenia colocadas algunas láminas de singu–
lar primor. En el cielo del dosel estava una ünágen del Es–
píritu Santo, con rayos que de sí despedia, esparciéndose
por el cielo, como significando el Espíritu de Dios, que
gobierna las acciones de tan Santo O:ficio;
y
el abrazado