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LA
INQUISICION
DE
LIMA
la enfermedarl que murió. En esta consulta se admitieron
a reconciliacion los dichos.
11Dióseles de almorzar a los penitenciados este dia a las
tres, para cuyo efecto se mandó llamar un pastelero tres
dias ántes,
y
debajo de juramento de secreto, se le 1nandó
cuidase desto, de modo que antes de la hora dicha estu–
viesse el almuerzo en casa del Alcayde, que se hizo con
toda puntualidad.
"A la hora señalada acudieron muchos republicanos
honrados, con deseo que les cupiesse algun penitenciado
que acompañar, para n1ostrar en lo que podian el afecto
con que deseaban servir a tan Santo Oficio. Pero para que
se entienda ser esto mocion de Dios y para ejemplar de
todos los fieles, sucedió que don Salvador Velazquez, indio
principal, sargento mayor de la milicia de los naturales,
entró en el Santo Oficio a la misma hora que los repu–
blicanos, de gala., con espada.,
y
daga plateada,
y
pidió
que le honrassen a él, dándole una estatua de las que ha–
bian de salir en el auto, que a esso solo iba,
y
visto su
afecto, se le concedió lo que pedía,
y
a otro compañero
suyo. Como iban saliendo los presos de las cárceles, se les
iba poniendo a cada uno las insignias significadoras de
sus delitos,
y
entregándolo a dos personas de las referidas,
a quien se les encargaba que no le dejassen hablar con
nadie,
y
que lo llevasen y volviessen a aquel lugar, es–
cepto a los relajados, en quánto a la vuelta. Diósele órden
a Juan Rodríguez Panduro de Duran, teniente de alcayde,
que se quedasse en el Santo Oficio en guarda de las cár- ·
celes.
11PROCESSION DE LOS PENITENCI.ADOS.-Ácabada esta di–
ligencia con todos los reos, llegaron a las casas del Santo
oficio las quatro cruces de la iglesia mayor y demas pa–
rroquias, cubiertas de luto, con mangas negras. Acompa–
ñávanla los curas
y
sacristanes,
y
clérigos, con sobrepe–
llices. A esta hora, que seria como a las cinco, estavan
formados dos esquadrones de la infantería española, uno
en la plaza del Santo Oficio: otro en la principal desta ciu–
dad,
y
quedando las vanderas en los esquadrones, vinie–
ron dos compañías destas, que fueron en escolta de los
penitenciados. Comenzó a salir la procession de las casas