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LA INQUISICION DE LIMA

nas familias, huvo trece aposentos con sus puertas cerra–

das con llaves.

11Para la sombra del tablado principal

y

los qemas, se

pusieron

22

árboles, cada uno de veinte

y

quaro varas de

alto,

y

en ellos se hicieron firme las velas, que ocuparon

100

varas de largo

y

setenta de ancho, atesadas con mu–

chas vetas de cáñamo, con sus motones, poleas

y

quader–

nales, con que quedó el velámen tan llano

y

firme, sien–

do tan largo, con1o si fuera puesto en bastidor: llegó a

estar veinte varas alto del suelo, causando apacible son1bra.

nTardó el tablado en hacerse cincuenta dias, trabaján–

dose en él continuamente, sin dexarse de la mano ni aun

los dias solemnes de fiesta, ' siendo los obreros dos maes–

tros

y

los negros de ordinario diez

y

seis. No se le encu–

brió a los señores de la Inquisicion el grande concurso

de gente que avia venido a ver el auto de mas de qua–

renta leguas de la ciudad,

y

assí con la providencia que

todo previno la confussion

y

desórden que pudo aver ·so–

bre los asientos. Para esto vino al tablado el señor licen–

ciado don Antonio de Castro, inquisidor,

y

los repartió

en la forma dicha,

y

para firme9a de lo hecho, mandó el

Tribunal pregonar

que ninguna . persona, de cualqu·ier

calidad que- juesse, ecepto los caballeros, gobernadores,

y

ministros ja1niliares que asistiessen a la guarda

y

custodia del tablado, donde se avia de celebrar el Auto

de Fé fuese osado a entrar en él, ni el de los penitentes,

so pena de ·descomunion mayor y de

30

pesos corrientes

para gastos estraordinarios del Santo Oficio. Dictólo

Luis Martinez de· Pla9a.

11Para execucion de lo referido, nombró el Tribunal ocho

caballeros n1uy principales desta ciudad, que asistiessen

con sus bastones negros, en que estaban pintadas las ar-

' mas de Santo Domingo, para executar la& órdenes del

Tribunal, que lo hicieron con la puntualidad que de su

nobleza se esperaba. Fueron don Alonso de Castro

y

del

Castillo, hermano del señor inquisidor don Antonio de

Castro, don Franciseo Messia, del hábito de Calatrava,

Domingo de Olea, del de Santiago, don Francisco Luxan

Sigorey, corregidor

y

justicia mayor de Canta, don Fer–

nando de Castilla Al tamirano, corregidor y justicia ma-