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LA INQUISICION DE LIMA
de abia de estar la Real Audiencia. De las mnco gradas
dichas, la primera se dedicó para peaña del Tribunal. La
segunda en órden para el señor Fiscal de la Inquisicion,
y
capitan de la guardia de su Exeelencia. A los lados los
de su familia, y Prelados de las relij iones. La tercera pa–
ra los calificadores, oficiales,
y
ministros del Santo Oficio,
y
religiosos graves. La quarta, para las familias de los
señores Inquisidores.
"Al lado siniestro del Tribunal, se levantó un tablado al
igual dél, ele once varas de largo
y
quatro de ancho, cu–
bierto de celosía, con tanto primor, que su prevencion
parece fué de anticipado tiempo para oeuparle su Exce–
lencia de la señora· Virreyna,
y
las mugeres de los señores .
ele la Real Audiencia. Escogióse este sitio por llevar el
aire hácia allí la voz de los letores,
y
la comodidad del
passadizo. A un lado
y
otro de los señores de la Audien–
cia, se les señaló lugar a los del Tribunal de Cuentas.
nA la mano derecha del Tribunal, se pusieron quatro
gradas de nueve varas de largo, media mas bajas que él.
Las tres dél las ocupó el Cabildo Eclesiástico,
y
la otra
ocupó la Universidad Real, con- otras tres gradas que
volvian atravesadas al cadahalso, mirando hácia Palacio. Al
lado izquierdo del Tribunal, media vara mas bajo que él,
y
el tablado de la señora Virreyna, s8 formaron quatro
gradas de nueve varas de largo para el Regimiento
y
Ca–
bildo de la ciudad, para el Consulado,
y
para los Capita–
nes vivos dellas
y
del Callao. A las
e~paldas
del Ca.bildo
Eclesiástico, se levantó un tablado de doce varas_de largo,
media mas bajo que ·el Tribunal, parte dél para el Mar–
qués de Baycles, que estaba dividido con celosías, y lo res–
tante ocuparon las mujeres de los Rejidores.
nEn medio del tablado, mirando al Tribunal, se formó
el altar de dos varas de largo poco mas, en proporcion,
y
al lado derecho, al principio del passadizo o crujfa, se
puso el púlpito donde se abia
d~
predicar
y
leer las sen–
tencias. Lo restante deste tablado se llenó de bancos rasos,
para las personas que hubiessen de tener assiento, que
despues los ocuparon religiosos de todas Ordenes
y
caballeros de la ciudad, cuya disposicion de lugares
y
fábrica del tablado tomó a su cargo el señor Inquisidor