CAPÍTULO XVIII
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11Fuéle dicho que diga la verdad, donde no se le man–
dará dar
y
apretar la segunda buelta.
11Dijo que ha de decir que no debe nada.
11Fué.lernandado dar y apretar la segunda buelta,
y
es–
tándosela apretando se quejaba diciendo: ay, ay,
y
se es–
taba callando,
y
en este estado, que serian cerc'a de las
diez de la mañana, se quedó desmayada; y se le echó un
poco de agua y aunque estuvo un rrato de esta suerte, no
bolbió en sí, por lo qual los dichos señores Inquisidores y
ordinario, dijo que suspendian, y suspendieron el dicho
tormento, para repetirle cada
y
cuando que les pareciese,
y los dichos señores se salieron de la cámara e yo el in–
frascripto notario, me quedé en ella con los
ministro~
que
asisten al dicho tormento, que fueron, el alcayde
J
oan de
Uturgoyen y el verdugo, y un negro que le ayuda, y qui–
taron de la dicha cincha a la dicha doña Mencía de Luna,
y
la echaron en un estradillo que estaba a sus piés, para
que lebantase, de suerte que pudiese ser puesta en la cin–
cha, y luego entró
J
oan Riesco ayudante de las dichas
cárceles secretas,
y
le fueron desatadas a la dicha doña
Mencía de Luna las dichas dos bueltas de mancuerda y
no bolbia en sí, por lo qua], por mandado de .los dichos
señores Inquisidores, n1e estube en la dieha cámara del
tormento con los dichos ministros, para ver si volbia en sí
la dicha doña Mencía,
y
aunque me estube hasta las once
del dia, no bolbió
e~
sí, ántes estaba sin pulso ninguno,
los ojos quebrados, los labios de la boca c.árdcnos, el rros–
tro y piés frios de todo punto, y aunque se le puso la
luna de un espejo pór tres h
eces encima del rostro, salia
tan limpio como quando se le pon.ia, de suerte que todas
las señales que tenia la dicha doña Mencía de Luna, era
al parecer de estar naturalmente muerta; de que doy fee: ·
que todas las señales de n1uerta eran segun quedan refe–
ridas, y el resto del cuerpo se le iba ansimismo enfriando,
y
el lado del corazon no hacia movimiento ninguilo, aun–
que le puse la mano sobre él, ántes estaba frío, segun que
todo pasó ante
mí.-Joan Castillo de Benavides
16 ."
16.
Fee de la muerte
y
entierro:
«En la ciudad de los Reyes, domingo veinte
y
seis días del mes
de