CAPÍTULO XVIII
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rrido con Mencía de Luna. Era ésta una sevillana, hija de
padres portugueses, de edad de veinte i seis años, casada
con Enrique N uñez, que testificada en el tormento por
una hermana i una sobrina suyas, fué reducida a prision
el
22
de noviembre de
1635.
Se le acusaba de haber asis–
tido a las juntas que se ten1an en casa del capitan Antonio
1\1oron, ''de que guardaba el sá ..bado por fiesta
y
se ponía
en él camisa
y
ropa limpia, cenaba pescado, frutas
y
no
carne,
y
ayunaba el ayuno de la reina Ester." El otro tes–
tigo que la den unció, José de Silva, se retractó, volviendo
en seguida a nombrarla en el tormento, i otro tanto habia
pasado con Rodrigo Vaez Pereira. Dióse tormento entón–
ces al n1arido de ]a reo, i como se mantuviese negativo,
se le condenó igualmente a ésta a la tortura.
He aquí ahora lo que ocurrió durante ella:
"y
luego los dichos señores Inquisidores
y
Ordinarios,
visto que la dieha doña Mcncía de Luna estaba negativa,
pronuncia.ron la .sentencia siguiente:
Christi Ti'omine invo–
cato.
"Fallamos atentos los autos
y
méritos del dicho proce–
so, indicios
y
sospechas que de P.l resultan contra la di–
cha doña .l\feneía de Luna que la debemos condenar
y
condenamos a que sea puesta a cuestion de tormento,
en el qual mandamos estar
y
persevere por tanto tiempo
quanto a nos bien visto fuere, para que en él diga la ver–
dad de lo -que está testi-ficada,
y
apressada, con protesta–
cien que le hacemos que si en el dicho tormento n1uriese
o fuese lisiada o se sjguiere efusjon de sangre o mutilacion
de miembros, sea a su culpa
y
cargo y no a la nuestra: por
no haber querido decir la verdad,
y
por esta nuestra sen–
tencia, ansí lo pronuncia1nos
y
mandamos en estos escri–
tos
y
por ellos.
nPronunciaron la qualidad de dicha sentencia
y
los di–
chos señores Inquisidores
y
ordinarios, dieron
y
pronuncia–
ron este dicho auto,
y
ante nos en la audiencia del dicho
Santo Officio pareció presente la dicha doña Mencía de
Luna a la cual se notificó.
11Dijo que no debe nada,
y
que no sabe que responder.
11
Y con tanto fué mandada llebar a la cámara del tor–
mento, donde fueron los dichos señores Inquisidores
y