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LA IN'QUISICION DE LIMA
deseo que en sus pechos mora, en tres serafines cercados
de rayos de plata, que pendían de las caydas del dosel.
Tuvo su Excelencia tres almohadas de estrado (que en
este reyno vulgarmente se llaman coxines) una para as–
siento
y
dos a los piés, de rica tela amarilla. Y el señor
don Juan de Mañozca tuvo almohada negra de terciopelo,
por consejero de su Magestad, en el de la general
y
santa
Inquisicion. Lo restante donde estuvieron los señores de
la Real Audiencia, estuvo curiosamente adornado, con ri–
cos brocateles. Delante del Tribunal estava en la primera
grada (aviendo de ser en la segunda) el señor doctor don
Luis de Betancurt, fiscal del Santo Oficio, con el estan–
darte de la fe, y el capitan de la guarda de su Excelencia.
ttEl balcon de la Excelentísima señora Vireyna, estuvo
muy bien adornado. Estava sentada con grande magestad
su Excelencia debaxo de dosel de tela amarilla, en silla
y
almohadas de lo tnismo,
y
el Marqués hijo de sus Exce–
lencias, estuvo a un lado de la señora Vireyna, ·en · silla
de tela sin ahnohada, por el respeto. L'"ego se seguían
las señoras mugeres de los consejeros de la Real Audien–
cia, sentadas en sillas de baqueta pespuntadas de seda,
con sus hijas
y
hermanas.
ttLos lugares donde estuvieron los cabildos eclesiásti–
co
y
secular, se adornaron de alfombras muy vistosas,
y
fué ésta la primera vez que se les dió adorno, no aviéndo–
le tenido ántes en ocasiones semejantes. Y ésles debido,
pues ambas jurisdiciones ayudan a la Inquisicion: la ecle–
siástica, con el juez ordinario en las causas,
y
la secular
con sus ministros para la execucion de las sentencias. Al
Tribunal de cuentas, que no avía tenido assiento, se le dió
aora,
y
estuvo en la fonna y manera dicha. Otras comu–
nidades pretendieron el dicho adorno,
y
no se les concedió
por algunos respetos.
"Habiendo pues su Excelencia, el Tribunal
y
Real Au ...
diencia llegado a sus assien tos, hicieron adoracion a la
Cruz~
que estava puesta en el altar, ricamente adornado. Tenia
la imágen de Santo Domingo, como a quien tan gran par–
te le cabia de la gloria deste dia, quatro blandones de
plata, muchos ramilletes de diversas flores,
~·y
escarchado
gran número de pebeteros, con dorados pebetes
y
otros