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LA INQUISICION DE LIMA
nientes
y
pesadumbres que pudieran suceder de no hacerlo
ansí; despues de lo qual abiéndome el doctor Juan Ruiz de
Prado, ynquisidor y visitador de la dicha ynquisision, es–
cripto desde el camino una carta, la qual yo recebí a tiempo
que estava muy agravado de la enfermedad que tube el año
passado y así no pude responder a ella, de que él mostró
sentimiento, llegó a esta ciudad
y
se vin-o a possar a cassa
del dicho ynquisidor Ulloa, donde le hospedó con mucho
regalo, hasta que tomó y asentó su casa y sus oficiales de
la vissita en cassa de los . a quien venían a visitar, a los
quales se hizo el mismo regalo,
y
luego el dicho doctor
Juan Ruiz de Prado vino a visitarme estando vo en la ca–
ma de la dicha enfermedad, y haciéndole
d~r
una silla
junto a la cavecera de ella, entró llevándole la falda alza–
da un page, y no la soltó hasta ponerla en la misma silla,
lo qual yo dissimulé , aunque sé qu_e en otros reynos no
consienten los virreyes que entren los arzobispos de aque–
lla manera donde estan ellos, y entre otras cosas que me
dijo fué una que él venia a visitar la ynquisieion de este
reyno y que había de mirar mucho por el honor del dicho
ynquisidor ·unoa, que yo le réspondí que era justo antepo–
niendo el de nuestro señor,
y
despues entendí que en otras
partes~
había dicho
lo
propio y que no babia de dar lugar
a que bellacos dijessen contra el dicho ynquisidor Ulloa,
con lo qual se entendió generalmente en esta ciudad
y ·
reyno que la dicha vissita habia de ser muy a gusto del
dicho ynquisidor Ulloa, y assí se entiende que muchas per–
sonas han dejado de decir
y
pedir lo que digeran y pidie–
ran si tuvieran otra satisfacían (o premissa.s).
11En este tiempo, pocos dias ántes que el dicho ynqui–
sidor Prado llegase a esta ciudad, se tuve> nueva en este .
reyno de que habían .salido de Inglaterra ciertos navíos
y
se entendía que venian a este mar del Sur,
y
a la mis–
ma sazon trujeron presos al sancto oficio a dos yngleses
que habían prendido en la ciudad. de Buenos Aires, que
viniendo en un navío se perdieron en el Rio de la Plata,
el uno de los quales se llamaba Juan l)rac, primo del ca–
pitan Francisco Drac, y el otro Riearte Conania, hombre
señalado
y
versado en la navegacion, a ·lo .que se entendía,
y pareciéndome que importava al servicio de Dios
y
de