Previous Page  250 / 382 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 250 / 382 Next Page
Page Background

228

LA INQUISICION DE LIMA

nientes

y

pesadumbres que pudieran suceder de no hacerlo

ansí; despues de lo qual abiéndome el doctor Juan Ruiz de

Prado, ynquisidor y visitador de la dicha ynquisision, es–

cripto desde el camino una carta, la qual yo recebí a tiempo

que estava muy agravado de la enfermedad que tube el año

passado y así no pude responder a ella, de que él mostró

sentimiento, llegó a esta ciudad

y

se vin-o a possar a cassa

del dicho ynquisidor Ulloa, donde le hospedó con mucho

regalo, hasta que tomó y asentó su casa y sus oficiales de

la vissita en cassa de los . a quien venían a visitar, a los

quales se hizo el mismo regalo,

y

luego el dicho doctor

Juan Ruiz de Prado vino a visitarme estando vo en la ca–

ma de la dicha enfermedad, y haciéndole

d~r

una silla

junto a la cavecera de ella, entró llevándole la falda alza–

da un page, y no la soltó hasta ponerla en la misma silla,

lo qual yo dissimulé , aunque sé qu_e en otros reynos no

consienten los virreyes que entren los arzobispos de aque–

lla manera donde estan ellos, y entre otras cosas que me

dijo fué una que él venia a visitar la ynquisieion de este

reyno y que había de mirar mucho por el honor del dicho

ynquisidor ·unoa, que yo le réspondí que era justo antepo–

niendo el de nuestro señor,

y

despues entendí que en otras

partes~

había dicho

lo

propio y que no babia de dar lugar

a que bellacos dijessen contra el dicho ynquisidor Ulloa,

con lo qual se entendió generalmente en esta ciudad

y ·

reyno que la dicha vissita habia de ser muy a gusto del

dicho ynquisidor Ulloa, y assí se entiende que muchas per–

sonas han dejado de decir

y

pedir lo que digeran y pidie–

ran si tuvieran otra satisfacían (o premissa.s).

11En este tiempo, pocos dias ántes que el dicho ynqui–

sidor Prado llegase a esta ciudad, se tuve> nueva en este .

reyno de que habían .salido de Inglaterra ciertos navíos

y

se entendía que venian a este mar del Sur,

y

a la mis–

ma sazon trujeron presos al sancto oficio a dos yngleses

que habían prendido en la ciudad. de Buenos Aires, que

viniendo en un navío se perdieron en el Rio de la Plata,

el uno de los quales se llamaba Juan l)rac, primo del ca–

pitan Francisco Drac, y el otro Riearte Conania, hombre

señalado

y

versado en la navegacion, a ·lo .que se entendía,

y pareciéndome que importava al servicio de Dios

y

de