CAPÍTULO X
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que en público ni en secr: to, por escripto ni de· palabra, yo
no le dije ni traté de él, sino solo rle que el dicho Antonio
de Chavez y su muger hiciessen vida maridable
y
estuvie–
ssen en buen estado, de que constará por los autos que
cerca de ello passaron, de que embio testimonio a vuestra
magestad, y sí con vino
y
fué necesario remediar este ne–
gocio, de mas de lo que se deja entender
y
considerar se
podrá bien hacer por un memorial que con el bachiller
Carabantes, mi ca.pellan y confesor, me embió acerca de
ello el licenciado Alcedo, fiscal de el Santo Oficio, estando
a punto de muerte, confessado y comulgado, y habiendo
ordenado su testamento, debajo del qual murió, de allí a
dos dias, cuia
cop~a
ansimismo eínbió a vuestra magestad,
y particularmente suplico mande se vea, porque solo él
bastará para justificacion de todo lo hecho y mucho mas
que se hiciera en este caso, con lo qual concurrió que el
dicho ynquisidor, en las cosas que le parecian y se yban
ofreciendo, no dcjava de hacer lo que le parecía en conti–
nuacion de su manera de proceder, referida, con la mano
de el Santo Oficio, en cosas que no le tocavan, de las qua–
les tengo escriptas a vuestra magestad algunas
y
particu–
larmente en lo que toca al arrendamiento del factorage de
los azogues, trayendo espías en la casa real de vuestra
magestad, donde entónces yo passava, para saber y enten–
der todo lo que passava y se hacia en ello, una de las qua–
les hubo allí los pedazos de ·un papel rasgado, que era bo–
rrador de una peticion que
J
oan de Soto Mayor, minero,
me babia dado cerca del dicho arrendamiento, por las
quales vió y entendió lo que cerca dello passaba, para
pretensiones que tenia respecto de ser su hermano, yerno
de Amador de Cabrera, cuia es la mina descubridora de los
dichos azogues, y siempre a tenido
y
procurado tener, en
la dicha cassa y en este aposento, donde despues del
tem~
blor de tierra he passado, las dichas espías, para saber
y
entender de los negocios de mi cargo, lo que pudiessen, y
ansi me han tomado papeles
y
memoriales de las messas
y
escriptorios donde los tengo y se los han llevado
y
él los a
tenido y mostrado a quien le ha parecido, por todas las cua–
les cosas yo he passado con tanta templanza
y
sufrimiento
como ha sido menester para escusar los grandes inconve-