UAPÍTULO VIII
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y
por espacio de quasi dos oras, trataron los dichos theó–
logos con este reo, dándole a entender sus errores y que
eran claras heregías, y aunque muchas veces le tuvieron
convencido; se quedó en los -dichos sus herrores
y
here–
gías, pertinaz, diziendo que la yglesia de Roma era ygle–
sia de mentiras
y
engaños. Despues de lo qual-, en el mes
de diciembre del dicho año, el alcayde de estas cárceles
dixo que el dicho Juan Bernalle avia dado un peda<;o de
una tablilla, con que este reo tapaba una tinajuela en que
tenia agua y en ella escriptas ciertas cosas que escribió
con el clavo de una cinta, que la traxesse a al audiencia,
y
siendo trayda a ella, el dicho Juan Bernal se le leyeron
en su presencia las letras qnestaban escriptas en la ta–
blilla, es
tas palabras nyo quiero apartarn1e de toda la he–
regía de
Mart.inLuthero y por no ser llebado otra vez a
la cámara del tormento, pido seys pliegos de papel para
confessarme a la yglesia de Rorna, y porque tengo ver–
güen9a lo quetria escribir primero que me llamasen";
y
el reo siendo preguntado, dixo que él lo avia escripto ansí
y que avía dicho al alcayde que la traxese al audiencia, y
le fué dicho que diga en la audiencia lo que. quiere escri–
bir en el papel que pide,
y
dixo que euando fué traydo al
audiencia en presencia del virrey
y
theólogos se turbó y
quería agora el papel para declararse,
y
a-viéndose afir–
mado en algunos de los herrares de que trató, dixo que lo
que escrivió en la tablilla que se quiere apartar de toda
heregía de Martín Luthero, lo dixo por alcan9ar papel,
y
que es verdad que su desseo es de apartarse de toda he–
regía de Lutero y de sí propio, es a saber, de todo aque–
llo que es pecado y que lo que dize por confesarse a la
yglesia Romana lo dize por dezir otras cosas contra ella,
de sus compostl;lras
y
nigromancias
y
obras del demonio,
y
que quando mas piensa en ella, tanto mas engaño halla
en ella,
y
que tubo desseo de confesarse desta suerte,
y
tornó a dezir contra las ymágenes y contra las reliquias
de los sanctos,
y
que el n1ostrar unos huesos y calaveras,
como él lo bió en Roma, le paresció gran desatino,
y
que
de allí se lebantan las ydolatría.s,
y
ques despuntar que un
hombre que aya estudiado la ley de Dios haga aquello-