CAPÍTULO VIII
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sueldo; y aviéndose pronunciado antél la dicha sentencia,
y comunicado acerca della con su letrado, y él aeonseján–
dole que por estar la sentencia dada con muchá miseri–
cordia no devia apelar della, el rreo se resolvió en apelar,
y su letrado dixo que presentaría peticjon en ello, y el
fiscal apeló de la dieha sentencia, alegando ciertas razones
a manera de agravios, y asymismo el dicho Francisco Her–
nandez Vi<;uete apeló para ante V.
S.,
no alegando cossa
de nuevo; y se concluyó en deffinitiva; y tornado a ver con
los consultores, se confirmó la sentencia, y en el dicho
auto público se executó, saliendo a él el dicho Francisco
Hernanclez Vi9uete.
u
Diego Hernandez, herrador, natural de Trugillo en Es–
paña, que por otro nombre se llamaba
J
oan García del
Castillo, questuvo preso por aver dicho delante de n1uchas
personus que no era pecado tener cópula carnal con una
negra, ni estar amancebado con ella, por que Dios avía
mandado quel hombre fornicasse (como se dió a V.
S.
re–
lacion particular, y de cómo estaba votada con ordinario
y consultores en conformidad); salió al auto y fué conde–
nado en lo mismo que el precedente.
''Jhoan de Medrano, que por otro nombre se llamaba el
yngrato J oan de María, de euyo negocio dimos relacion a
V.
S.,
questava recebido a prueva, y que aunque estaban
ratificados los testigos
y
sacada la publicacion, no se le
avia dado por estar enfermo; despues por jullio de mili
quinient~)S
y
setenta
y
nueve, se le dió la publieacion de
treze testigós, .los onze dellos ratificados, muchos de los
quales dizen quel dicho J oan Yngrato comunicó con ellos
las constituciones que tenia hechas para la nueva religion
que avia de fundar, a la qual dezia que se avian de redu–
cir todas las demas, excepto tres, que no declarava,
y
que
avia hecho las dichas constituciones, teniendo revelacion
de Dios para ello,
y
contava el modo cómo avía tenido las
revelaciones, ·y muchos de los testigos dizen que le tienen
por hombre ylluso y engañado del demonio,
y
algunos
dizen que en lo exterior le hallan los que le han examina–
do por hombre de buenos deseos y buen xpiano, y un
testigo dize que le dixo el Rey que para hacer las dichas
ordenan9as en que trata de Papas y Reyes, ligas
y
gue-