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INQUISICIÓN DE CHILE
miento respondió que no había que dudar de
aquello en el Pirú, pues en España, á cabo de
tantos años, no estaba el Evangelio suficiente–
mente promulgado ó predicado; y reprendiéndole
dello cierta peesona ele letras, respondió que él en–
tendía bien lo que decía) mejor que la dicha per–
sona,
y
qne los entendimientos tan toscos como
el suyo habían menester rnaestws
y
escuelas, que
él con su entendimiento y felicidad ele memoria
sabfa eso y mucho más, y lo había estudiado: hízo–
sele de todo cargo y él estuYo negntiYo.»
No consta de los antecedentes que hemos podido
consultar, ni el visitador Ruíz de Prado menciona
tampoco, la fechn en que Sarmiento fué encerra–
do esta segunda vez en la cárcel; pero, traLándose
ele hacer valer sus deposiciones contra fray Fran–
cisco ele la Ceuz, aparece que en 18 de Noviembre
de 1575 el Inquisidor Cerezuela «mandó traer ele las
dichas cárceles al dicho Pedro Sarmientan y que
allí se le citaron los pasajes de su proceso en que
mencionaba á Cruz. Entre éstos, merece notarse el
siguiente, en que Sarmiento explica lo que se conte–
nía:en el cuaderno de que tanto caudal se hacía con–
tra él. «Digo, expresuba, que en el dichc: cuaderno de
que el fiscal me hace cargo) en su primer capítulo,
ninguna cosa puse de mi cabeza, más de traer
ejemplos de propiedades do piedras y yerbas natu–
rales,
y
por no ser conocidas
vulgurment~
ele to–
dos, causan admiración, y aún vienen á ser tenidas
de algunos por sospechosas, siendo naturales, y
de la influencia de las estrellas; y en el postt'er ca–
pítulo puse los lugares de los que trutan de los
anillos, para mostrar cómo por lo que los autores