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INQUISICIÓN DE CHILE
ña, yendo
á
parar, después de grandes tormentas,
á Cibola
y
Quivirn, en teeinta y tres grados de la
banda del norte, reuniéndose, poe fin, con Men–
daña, que le había dejado abandonado en el puer–
to de Colima.
Sarmiento trató allí de informar al Rey de lo
que pasaba, pero Mendaña le prendió, le tomó to–
dos los papeles, relaciones y carlas y los rompió;
y cuando luego, sin desalentarse por eso, renova·–
bn. su tentativa de levantar una nueva información
en el puerto del Realejo en Nicaragua, «yendo yo
á dar dello razón á -.;ruestro gobernador, once le–
guas de n.llí, dice al· Soberano, se hizo á la vela
huyendo
y
me dejó y me trajo mi hacienda y se
vino al Perú, é yo quise ir á dar razón á V. M. á
España desde Nicaragua, mas dejélo de hacer por–
que á ln. sazón vino don Francisco de Toledo por
visorey, al cual fuí á ver al Perú y á dalle cuenta
en vuestro real nombre ele todo lo sucedido en la
jornada. n9
Queriendo en seguida marchar·se á España á dar
formalm ente cuentn. n.l Rey de lo sucedido, Toledo
dispuso que le acompn.ñase en la visita general
del
pn.ís,llegando con él hasta el Cuzco, ocupado
especialmente en cc dar traza en las reducciones ele
9 Para no hablar sino de lo publicado, diremos que en el tomo V
de l~
Colección ele Documentos del Ll >·chiv'> de I ndias,
págs. 210
y
221 se
eneuentr~n
dos relacione de este viaje de Sat·miento. Los tres
primeros capítulos del tomo I de la
H isto•·ia ele
los descub>·im ien–
tos de
lc~s
?'egiones aust>·iales
que nuesteo amigo don
Ju~lo
Zaragoza
publicó en i\Iacll'icl en 1876, están dedicadas;, contar esos mismos u–
cesos . Don i\Iiguel Luis Amunátegui los
h~
referido también, con
talento
y
galanura, en un al'Lículo publicado en «Los Debates" bajo
el r ubro de
Las
espe.cliciones ele l>1endar'ia .